Feria de San Isidro

Perera se asoma a los olés en tarde de iceberg

El diestro extremeño falló con la espada la faena más intensa al mejor toro

El torero Miguel Ángel Perera da un pase a su segundo toro durante el festejo taurino de la Feria San Isidro este lunes en la Monumental de las Ventas, con astados para los diestros Miguel Ángel Perera, Angel Téllez e Isaac Fonseca
El torero Miguel Ángel Perera da un pase a su segundo toro durante el festejo taurino de la Feria San Isidro este lunes en la Monumental de las Ventas, con astados para los diestros Miguel Ángel Perera, Angel Téllez e Isaac FonsecaZipiAgencia EFE

Fue un remiendo de José Vázquez de astifinos y negros pitones (qué mal rollo me ha dado siempre eso) el que dio comienzo a la tarde de San Isidro con otro entradón. Una corrida de El Parralejo que pudimos ver días antes en El Batán. Ese acierto es mayúsculo. Recuperar ver los toros en las instalaciones de la escuela taurina te reconcilia con el pasado y te devuelve un presente mejor. Que hay afición es una realidad constatable (véase Valencia, Sevilla y Madrid, por ejemplo) digan lo que digan los políticos. Fonseca confirmaba alternativa y antes de hacerlo llegó a la Monumental desde el Wellington en un autobús de la EMT dentro de una iniciativa de Plaza 1. Después en el toro de la ceremonia se alargó demasiado para tan escaso y forzado contenido, en la que Raúl Ruiz brilló con los palos. El toro tampoco fue de otro mundo, pero no lo superó.

Tuvo mérito Curro Javier con el segundo, porque esperaba una barbaridad propio de los casi seis años que tenía el toro y se le notaban. Se desmonteró. Se dilataron los tiempos mucho hasta llegar a la hora y haber consumido dos toros. El de Vázquez estaba a la espera, sin empujar en la muleta y sin transmisión, por lo que el esfuerzo de Perera tenía poco eco y escasa diversión. La brevedad hubiera sido un bien más preciado que insistir hasta abandonarnos al aburrimiento.

Ningún sentido tuvo la faena de Ángel Téllez al tercero, que más allá de su belleza poco tuvo de contenido. A estas alturas llevábamos una hora y media de festejo, tres toros, unos cuantos avisos y cero olés. Un parte de guerra de poca siembra. Y frío. Precisamente el vientazo condicionó a Perera cuando salió a parar al cuarto, con el que se desmonteró Javier Ambel. Fue buen toro, bravo y repetidor queriendo tomar el engaño por abajo. Y por ahí lo llevó Perera en una faena de tandas largas, templadas, casi un milagro por lograr sortear el viento, y ligadísimo. Por ambos pitones quiso cogerle el ritmo al toro, que era extraordinario y le exigió una barbaridad, él al de El Parralejo. Hubo momentos buenos, pero faltó ese punto de rotundidad. Eligió bernadinas para el final, explosivas, pero sin el calor del toreo bueno y una espada sin filo desdibujó el frenesí.

Fonseca en autobús

Téllez se le vio sin sitio con un deslucido quinto y Fonseca quiso aprovechar el último cartucho antes de regresar en autobús. Como un tren se le vino el sexto mientras le esperaba el torero desafiante en mitad del ruedo y de rodillas. Salió de aquella manera y lo repitió. Al toro le faltó fondo y ganas de querer empujar. A la faena estructura y solidez. El remate, unas manoletinas sin ayuda, fueron un volcán a punto de estallar que hiló con una estocada certera. Festejo largo. Y tedioso. Hubo un toro y una faena que pudo ser, pero no acabó de romper el iceberg en el que se había convertido la tarde.

Ficha del festejo

Las Ventas (Madrid). Sexta de la Feria de San Isidro. Se lidiaron toros de El Parralejo, y dos de José Vázquez, 1º y 2º. 1º, va y viene sin entrega; y 2º, a la espera y sin empujar; 3º, va y viene sin clase; 4º, gran toro; 5º y 6º, deslucidos . Casi lleno.

Miguel Ángel Perera, de verde hoja y azabache, aviso, estocada corta, cuatro descabellos, segundo aviso (silencio); cuatro pinchazos, aviso, estocada (saludos).

Ángel Téllez, de grana y oro, pinchazo, estocada baja (silencio); pinchazo hondo, descabello (silencio).

Isaac Fonseca, que confirma, de berenjena y oro, pinchazo, estocada caída, dos descabellos, dos avisos (silencio); aviso, estocada (saludos).