Feria de San Fermín
Tauromaquia didáctica: así se forma la afición en Pamplona
La plaza de toros de la capital navarra acoge los días 8 y 11 de julio una actividad gratuita pensada para acercar el toreo a todos los públicos, con novilleros, recortadores y rejoneadores
La Feria del Toro de Pamplona no es sólo ruido, pasión y pañuelos rojos. También es espacio para el aprendizaje, la curiosidad y el descubrimiento. Por eso, una vez más, vuelve “Toros en familia”, una propuesta didáctica que año tras año gana presencia en el programa de San Fermín. La idea es sencilla, pero eficaz: abrir la plaza, explicar lo que ocurre en su interior y ofrecer una experiencia cercana, para todos los públicos.
Serán dos jornadas, los días 8 y 11 de julio, ambas con entrada gratuita y a las 11 de la mañana. La primera de ellas ofrecerá un tentadero con reses de Hermanas Azcona. Y en él se darán cita tres jóvenes novilleros que representan la nueva savia del toreo: Pablo Hernández, pamplonés formado en la Escuela Adour Afición; Aarón Navas, de Cintruénigo, alumno de Mar de Nubes; y Francisco Jiménez, corellano de la Escuela Yiyo de Madrid.
La cita del día 11 ofrecerá una combinación igual de singular: una exhibición conjunta de rejones y cortes. Actuarán el rejoneador Pablo Donat, y los recortadores navarros Iker Monreal y Sergio Valle. El objetivo no es competir, sino mostrar, explicar, acercar. Que el espectador entienda qué hay detrás de cada gesto, cada estilo, cada forma de enfrentarse al toro.
Estas mañanas han demostrado ser, en ediciones anteriores, un punto de encuentro entre generaciones. Abuelos que explican, nietos que preguntan, padres que descubren junto a sus hijos. Y también turistas que, sin referencias previas, se topan con una plaza viva, en la que se habla de toros con naturalidad y sin solemnidad.
“Toros en familia” no exige conocimientos previos ni actitudes militantes. Sólo curiosidad. Es una puerta de entrada amable, abierta tanto a quienes ya sienten la tauromaquia como a quienes aún no saben si la entienden. Porque lo esencial de esta propuesta es eso: la posibilidad de mirar de cerca y sin prejuicios.
En tiempos en los que la fiesta se ve muchas veces desde la distancia o la caricatura, propuestas como esta se agradecen. Pamplona ha sabido hacer de su plaza un lugar de encuentro, no solo de celebración. Y eso también es San Fermín: una fiesta que enseña, que transmite y que se vive en familia.