Cambio de rumbo

Termina la alianza Fernando Adrián–Maximino Pérez: ¿por qué se separa una pareja de éxito?

Mientras el torero madrileño inicia una nueva etapa tras una racha histórica, el mapa de los apoderamientos se sacude con múltiples movimientos en los despachos

Termina la alianza Fernando Adrián–Maximino Pérez: ¿por qué se separa una pareja de éxito?
Termina la alianza Fernando Adrián–Maximino Pérez: ¿por qué se separa una pareja de éxito?Maxitoro

Que una pareja de éxito se rompa justo cuando todo va bien siempre levanta sospechas. Y eso es precisamente lo que ha ocurrido entre Fernando Adrián y Maximino Pérez, que han decidido poner fin a una etapa marcada por los triunfos. Tres Puertas Grandes consecutivas en Las Ventas y una racha de 25 salidas a hombros entre 2023 y 2024 colocan al torero madrileño en lo más alto. Por eso, su separación del empresario madrileño no se interpreta como un cierre, sino como una maniobra ambiciosa en plena cumbre.

No hay reproches, pero sí una ruptura inesperada en pleno apogeo. Las razones no se han hecho públicas, pero el movimiento sugiere que Fernando Adrián busca una nueva estrategia para consolidar su sitio entre los grandes. En el toreo, como en la vida, los caminos se cruzan… y también se separan. Maximino Pérez, que ha sido pieza clave en la consolidación del madrileño, deja paso ahora a una nueva figura en la gestión de la carrera del torero. Aún no se ha anunciado quién tomará el relevo.

La ruptura de Adrián se suma a una larga lista de movimientos en los despachos, propios de estas fechas en que se reordena el escalafón fuera del ruedo. Cambios silenciosos, pactados, o no tanto, que forman parte de esa otra cara de la tauromaquia: la que se decide en llamadas, oficinas y cafés. Una coreografía invernal que, aunque no brame en la plaza, también tiene su liturgia.

Después de los sonados cambios de apoderamiento de Roca Rey, que rompió con su hermano Fernando para abrirle sitio a Luis Manuel Lozano —el mismo que dejó a un Daniel Luque que optó por Antonio Barrera—, el de Fernando Adrián encabeza una auténtica sacudida en los equipos de los matadores. La temporada aún no ha arrancado, pero la estrategia ya se cocina a fuego fuerte.

En esta misma ola de movimientos, Diego Urdiales rompió con Luis Miguel Villalpando, Román dijo adiós a Eduardo Martínez, y David de Miranda se desvinculó de José Luis Pereda. "El Fandi" ha apostado por Alberto García tras su salida de la Casa Matilla, y Samuel Navalón cortó con Nemesio Matías. También Jorge Martínez dejó a Ruiz Manuel, y Morenito de Aranda cerró su etapa con Jean François Piles. En sentido inverso, José Carlos Venegas sumó a Lidia Rodríguez Bermejo al apoderamiento que ya encabeza Carlos Campillo, mientras Francisco de Manuel rompió con Diego Robles.

En todos estos casos hay algo más que reajustes logísticos: necesidades de renovación y nuevas apuestas por modelos distintos de gestión. El apoderado, en el siglo XXI, es mucho más que un consejero: es estratega, portavoz, gestor de marca y, sobre todo, filtro entre el torero y el negocio. Que Fernando Adrián haya decidido cerrar una etapa tan fructífera solo indica una cosa: hay ambición, hay confianza y, posiblemente, un próximo paso que aspira a consolidar su nombre entre las figuras con mayúsculas de esta expresión cultural.