Campazzo, una pesadilla de 1,81

Toni Kukoc aseguraba que «una canasta hace feliz a un jugador, pero una asistencia hace felices a dos». Facundo Campazzo (23-3-1991, Córdoba –Argentina–) eso lo tiene clarísimo. Es el motor del Madrid, su mejor pasador (roza las diez asistencias por partido en las últimas cinco jornadas de la Euroliga) y cada partido se carga de razones para justificar su renovación hasta 2024 sellada el pasado verano. El base está ratificando esta temporada todo lo que apuntó en la interior y eso que tuvo un verano cargadísimo que concluyó con la plata en el Mundial. El «Facu» es uno de los enigmas del Madrid que no ha conseguido resolver Pesic. MVP en los dos últimos títulos de los blancos (Liga ACB y Supercopa) y con el mismo rival enfrente: el Barça.

El Clásico del Palau, el tercero ya esta temporada después del 89-79 en la Supercopa y el 86-76 en la Euroliga, ambas victorias blancas, llega en un buen momento para el Madrid, líder en Europa con 11 victorias seguidas y líder en la ACB, y para el Barça, que está igualado con los blancos en la Euroliga y a un triunfo en la competición doméstica. La diferencia la apunta Pesic: «Ellos son el mejor equipo de Europa en los tres últimos años. No sé si pueden ganar a los equipos de la NBA, pero sí competir contra ellos. Y ahora, es mejor que todos los equipos del continente. Tienen continuidad, experiencia y juegan a un altísimo nivel. Nosotros tenemos ahora continuidad, hemos mejorado, aunque aún no nos conocemos entre nosotros como se conocen entre ellos, lo que les permite realizar un juego que parece automático. Nosotros aún no estamos a este nivel».

El nuevo Barça todavía no ha podido verse por culpa de las lesiones. Y precisamente el puesto más afectado es el de Campazzo. Primero cayó Heurtel y luego Pangos. Ficharon a Delaney, pero la dirección del equipo es unas veces para el estadounidense, otras para Hanga, otras para Ribas, otras para Bolmaro... Lo que está más claro es que en ataque el indiscutible referente es Mirotic. La carga emocional del partido para Nikola será tremenda. Es su primer Clásico como local y llega después del caliente enfrentamiento de hace mes y medio en la Euroliga. Enfrente tendrá a Randolph, otro que acaba de renovar y que está protagonizando su mejor arranque de temporada.

El tercer clásico, de los 16 posibles que se pueden disputar esta temporada entre Supercopa, Copa del Rey, ACB y Euroliga, tiene una clave para Laso: «Para ganar a un equipo como el Barça, tienes que hacer muchas cosas bien y no sólo parar su juego interior o exterior. Vas a tener que hacer un partido muy completo. Jugamos contra un gran equipo y debemos ser conscientes de que es un partido difícil, fuera de casa. Y si no lo entendemos, no vamos a estar para competir. Es importante que el equipo vaya y juegue muy concentrado todo el tiempo». Laso quiere un bloque tan centrado como el que se vio el jueves en Atenas. Y que contó con una aportación sobresaliente de Tavares. El pívot está dejando de ser sólo una pieza básica en la intimidación. Anota y está empezando a mover bien la pelota y eso puede darle todavía una dimensión más a su juego. Con el Madrid al nivel que mostró ante el Panathinaikos puede sonar fuerte, pero la baja de Llull no se nota demasiado. El base y Felipe Reyes volverán a ver el Clásico en el banquillo.

Pese a la presencia junto a los dos grandes del Casademont Zaragoza, la clasificación de la ACB no miente. Barça y Madrid dominan la mayor parte de apartados estadísticos de la Liga. Los azulgrana son el mejor ataque (91,7 puntos por partido); los blancos, el segundo (87,1). Los de Laso tienen la mejor defensa (74,4 y en los dos clásicos sólo han encajado 77,5) y son los mejores en rebotes y en tiros de tres. El Barça manda en robos, tiros de dos y tiros libres. Huele a partido grande en el Palau.