Deportes
Álvaro Beamonte desvela el tercer mito: El fitting
El fitting sólo es apropiado para profesionales o muy buenos jugadores. ¿Cuántas veces hemos escuchado esta afirmación en un campo de prácticas, en el campo, en los vestuarios o en el restaurante de la casa club? ¿Cuántos jugadores se han comprado su último juego de palos tras hacer un fitting? ¿Cuántos habéis probado tres o cuatro modelos antes de tomar una decisión? ¿Cuántos habéis ido a ''tiro hecho''?
Dice Santiago Álvarez Mon, profesor de IESE y coach, que ''el único que toma medidas desde el principio y no da nada por hecho es su sastre, porque siempre le mide antes de hacerle un traje''.
La afirmación de que es sólo para buenos jugadores es tan falsa como extendida. No sólo es falso sino que es justo al contrario. Es mucho más importante cuanto peor es el jugador.
Pongamos un ejemplo de un profesional o un aficionado de primera categoría. Sus condiciones físicas, práctica, habilidad y memoria muscular le permite pegar con cualquier herramienta. Lo habréis visto con vuestro profesor. Os demuestra en un momento determinado, coge vuestro palo, le pega y la bola va a un lugar desconocido por vosotros, a otro ''código postal''.
Eso no sucede en la mayor parte de los jugadores medios y altos, que no tienen ni esas capacidades, ni esa práctica, ni esa habilidad ni esa memoria muscular. Necesitan palos que les ayuden a minimizar sus deficiencias y a maximizar sus fortalezas.
Esto no significa que se pueda comprar el hándicap con un talonario o una tarjeta de crédito. Uno no va a pasar de hándicap 14 a jugar las previas del Open Championship en un año sólo por tener los palos adecuados. Pero lo que sí va a hacerles disfrutar más de su golf.
Según un reciente estudio de la USPGA, hay unos 60.000.000 de jugadores de golf en el mundo, de los cuales aproximadamente 30.000.000 están en EE. UU. La Asociación norteamericana valora que hay 3.000.000 de jugadores que empiezan y dejan en el primer año o tras dos o tres años de juego. Y una parte importante de los mismos se debe a que no jugaron con el material adecuado a sus condiciones simplemente porque compraron de manera compulsiva, mal asesorados, por desconocimiento o por el efecto demostración, 'demonstration effect'.
La idea de poder hacer un “'fitting' adecuado es como cuando vas al sastre a hacerte un traje. El buen ‘fitter’ te tomará medidas de nuevo, estudiaré tu swing, medirá tu velocidad, verá tu impacto, trayectoria, altura, distancia, efecto…Adecuará el palo, la varilla, la cabeza, el grip a las capacidades individuales de cada uno.