Murcia
Una bandera del Real Murcia cubre el ataúd de Figueroa en su entierro
El exdelantero hondureño, leyenda del Murcia, falleció el 24 de mayo a los 61 años de un infarto.
José Roberto Macho Figueroa Padilla, quien fuera mito del Real Murcia tras pasar por el club en la década de los ochenta, ha sido enterrado en Honduras, su país natal, y en su féretro se ha colocado una bandera con el escudo del club grana.
Figueroa falleció en la ciudad estadounidense de San Francisco el 24 de mayo a la edad de 61 años víctima de un infarto y sus restos han sido trasladados un mes después a La Ceiba, ciudad hondureña en la que ha sido enterrado tras ser despedido por parte de familiares, amigos y ex compañeros.
La entidad cuyos colores defendió entre 1982 y 1986 ha estado presente en el sepelio después de que un aficionado enviase la bandera grana a petición de la familia de Figueroa, en cuyo ataúd también se colocó otra de Honduras y una más del Club Deportivo Vida, su primer club.
La leyenda murcianista, seguramente el jugador más recordado por parte de la afición de un club centenario, llegó siendo figura en su país y después de haber disputado el Mundial de España en 1982.
Como grana logró dos ascensos a Primera División, uno en la campaña 1982/1983 y el segundo en la 1985/1986. Además, también disputó dos temporadas en la máxima categoría con el Murcia y en ella logró ser uno de los máximos goleadores del curso 1983/1984, con 11 tantos.
Todavía hoy es el máximo goleador del club en Primera con los 22 tantos que marcó en la élite con la camiseta pimentonera -11 en cada una de sus dos campañas entre los mejores-. Su potencia, su capacidad realizadora y, sobre todo, su golpeo de balón le convirtieron en un ídolo en La Condomina.
El que fuera atacante grana y que formó una delantera de impacto junto a Manolo Sánchez Delgado y el argentino Horacio Moyano era una referencia internacional y la prueba de ello es que la Federación Internacional FIFA mostró sus condolencias a través de su presidente, Gianni Infantino; y en su país declararon tres días de duelo por su muerte.
Los gestos de homenaje se sucedieron en torno a Figueroa, quien dará nombre a la puerta número 9 del estadio Enrique Roca, donde el conjunto en el que triunfó disputa actualmente sus partidos como local.
Figueroa, nacido en Olanchito el 14 de noviembre de 1956, estuvo en el Deportivo Vida de Honduras, desde el que llegó a la capital del Segura y siguió en España y bastante cerca pues fichó por el Hércules de Alicante, en el que estuvo entre 1986 y 1988, para luego, tras seis años en el país, regresar a Honduras. Se retiró en 1990 tras jugar en el Motagua y en el Victoria y también en el Cartaginés de Costa Rica. Una vez que colgó las botas, trabajó como pintor de casas en Estados Unidos, donde llevaba bastantes años residiendo.
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