Fútbol
Robben vuelve a empezar después de un año retirado
Con 36 años abandona su retiro tras una temporada "jubilado" para jugar en el Groningen, el equipo del que salió a los 18
En los últimos meses Arjen Robben ha tenido tiempo de olvidarse de las lesiones que le animaron a retirarse y de recuperar las ganas de jugar al fútbol. «Ha sido la decisión más dura que he tomado», aseguraba hace aproximadamente un año. El corazón y las ganas de seguir chocaron con «la cruda realidad de que no todo funciona como te gustaría y ya no eres el chico de 16 años que no tenía ni idea de lo que significaba una lesión».
Robben había tomado distancia con el fútbol. Sus planes ahora eran otros. Sin molestias físicas, había decidido prepararse para correr el maratón de Rotterdam. «Me siento muy en forma», reconoce. Pero ahora ha iniciado el camino de regreso para sentirse lo más cerca posible de aquel chico de 16 años que recordaba con nostalgia al anunciar su retirada. El futbolista holandés regresa a casa para jugar en el Groningen, el equipo en el que comenzó antes de marcharse al PSV para empezar su viaje por las principales ligas europeas. Chelsea, Real Madrid y Bayern de Múnich fueron sus equipos antes de parar.
Se fue con una carrera plena. Ganó una Liga de Campeones con el Bayern y doce ligas entre los cuatro países en los que jugó. Sólo le faltó el Mundial que despejó el pie de Casillas hace ahora diez años. «Se debió a algunos problemas físicos y fue una decisión más o menos forzada, pero los dolores y las molestias han desaparecido», explicaba en su presentación como nuevo jugador del Groningen.
Cuando anunció su despedida quería pasar más tiempo con su mujer y con sus hijos. Hace unos días lo acompañaron todos en el anuncio de su regreso al Groningen. En realidad se trata más de una idea, condicionada a su estado físico.
No le hace falta estar en condiciones de competir en Assen, el circuito de motociclismo que está a poco más de media hora de Groninga, pero Robben quiere sentirse en condiciones de ayudar al equipo de su infancia. «Inicialmente estamos hablando de un intento de regreso, pero me siento bastante bien y creo que estamos en el camino correcto. Todavía debo dar algunos pasos más, pero tengo un muy buen presentimiento sobre el futuro», asegura.
A los 36 años se siente capaz de dar algo al fútbol todavía. «Si puedo hacer algo por el club, creo que el área donde puedo ser de mayor valor es en el césped», asegura. No en los despachos ni como entrenador de la cantera. Por lo menos, aún no.
De repente, Robben ha recuperado el gusto por el fútbol, del que se había alejado en los últimos tiempos. «Apenas vi partidos los primeros meses después de dejarlo en el Bayern y me vino bien, pero el fútbol me sigue pareciendo un deporte divertido y las ganas de jugar volvieron», asegura.
Sus planes son diferentes. Ya no piensa en ganar la Liga de Campeones como le sucedía en el Bayern. Ni siquiera la Liga holandesa, inalcanzable ante equipos como el PSV, el Feyenoord y el Ajax. «Por supuesto, la diferencia de nivel con el Bayern Múnich es grande, pero lo hago por el equipo y espero poder divertirme», admite.
Su regreso es una cuestión de amor al club en el que se formó. «Si otro equipo hubiera venido con una buena oferta, creo que no lo habría aceptado», reconoce. Pero el cariño es recíproco. Su fichaje ha atraído 1.600 abonados nuevos. Hay toda una generación que no le ha visto jugar con la camiseta verdiblanca del Groningen. Se marchó en 2002, cuando tenía 18 años. Ha pasado media vida fuera y ahora regresa para impulsar a un equipo que se hizo conocido en España en los años 80 por eliminar al Atlético de Madrid en la Copa de la UEFA. Eran otros tiempos, para el Atlético y para el Groningen, que acabó noveno esta temporada en la liga holandesa.
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