Atlético de Madrid

El derbi

Oblak, el Zamora vitalicio sigue rompiendo récords

El Atlético cada vez ataca mejor, pero el esloveno está más seguro que nunca sin tener que parar tanto

Jan Oblak
Jan OblakAndreas SchaadAP

El Atlético cambia de cara y de estilo, pero hay cosas que permanecen inmutables desde hace años. Especialmente la impermeabilidad de la portería de Oblak. El guardameta esloveno ha sido el menos goleado en cuatro de las seis temporadas anteriores. Sólo falló en la primera, cuando se alternó en la portería con Moyá, y en la última, cuando el Real Madrid reforzó la protección a Courtois para ser campeón de Liga.

Oblak sólo ha encajado dos goles esta temporada en los diez partidos que se llevan disputados. La progresión le llevaría a acabar con ocho goles recibidos la temporada. Una cifra escandalosa incluso para el portero rojiblanco que comparte el récord de portero menos goleado en una temporada con Paco Liaño. 18 goles recibió el esloveno en la temporada 2015/16.

El del Atlético vive más tranquilo este año sin necesidad de ser el portero que más paradas hace en el campeonato. Esa marca la tiene Jaume Domenech en la portería del Valencia. Ahora el equipo de Simeone juega más lejos de su portería y Oblak vive más cómodo en su área. El último tanto lo encajó en la jornada ocho, el sexto partido para el Atlético, en realidad, que tiene que recuperar aún las dos primeras jornadas del campeonato.

Fue ante Osasuna, en un partido que el Atlético ganó por 1-3. Y el tanto osasunista llegó cuando los rojiblancos ya ganaban por 0-2. Un tanto intrascendente, aunque aún más lo fue el primero que recibió en el campeonato. Fue en el estreno contra el Granada, una goleada del equipo de Simeone, 6-1, y el gol del equipo granadino fue el último del partido.

Pocos goles e inútiles son los que recibe Oblak, del que ya nadie duda. Lejos quedan las incertidumbres de su llegada, cuando debutó con una derrota en la Liga de Campeones ante el Olympiakos. Poco después llegó una lesión y la condena al banquillo hasta que le lesión la sufrió Moyá. «No hablaba con Simeone ni con nadie. Era un chico que llegaba nuevo, empezaba con el español y no lo controlaba como para poder comunicarme bien. Necesitaba más tiempo. Además, empezaba a escuchar las primeras dudas sobre mí. Me encontré un poco solo y triste», confesaba hace un año en la revista «Club del deportista». Se refugió en el trabajo y el premio no tardó en llegar. Ahora es uno de los capitanes del equipo y Zamora vitalicio.