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«Pochettino intenta meterse en la cabeza del futbolista»

El periodista Guillem Balagué refleja en el libro “Un mundo nuevo. Diario íntimo de Pochettino en Londres”, la personalidad del técnico del PSG

Mauricio Pochettino junto a Kylian Mbappé Enric FontcubertaEFE

La obsesión de Mauricio Pochettino es encontrar la verdad que esconde el futbolista. «La clave es que él intenta meterse en su cabeza para sacar de ahí el chaval al que le compraron el primer balón, que se moría por jugar al fútbol y jugaba doce horas. Esa pasión va desapareciendo, se convierte en un trabajo, en una obligación. Él lo que pretende es recuperar eso», explica el periodista Guillem Balagué.

Guillem estuvo un año trabajando con Pochettino cuando entrenaba al Tottenham. Cada lunes, durante la temporada 2016-17, hacían una entrevista y cuando el entrenador no podía lo sustituía alguien de su entorno: sus ayudantes, Jesús Pérez o Toni Jiménez, el entrenador de porteros, futbolistas como Harry Kane o Dele Alli e incluso el presidente, David Levy. De ahí sale el retrato que compone «Un mundo nuevo. Diario íntimo de Pochettino en Londres», el libro publicado por la editorial Contra en el que se refleja la personalidad del entrenador del PSG.

En ese libro, una especie de diario que esconde mucho más, el periodista se hace casi transparente para reflejar la personalidad del autor. “Establece un tipo de relación con el futbolista diferente y ve la vida de otra manera, pero todo esto lo acabé de descubrir más a fondo con el libro”, afirma. El libro habla de Bielsa, una gran influencia para Pochettino, aunque se aleje mucho del maestro en su perfil como técnico. “Aunque Bielsa sea una referencia en su historia personal, como entrenadores tienen muy poco que ver. Sobre todo en Inglaterra se habla de Pep [Guardiola] y a Pochettino como discípulos de Bielsa y ni el uno ni el otro son discípulos de Bielsa. No tienen nada que ver. Bielsa empieza por el rival, por eso se pone a espiar, pero tanto Pochettino como Pep empiezan por su propio equipo”, analiza Balagué.

Pochettino se marchó de casa siendo muy joven para jugar en Newell’s. “Se siente extranjero desde los 14 años”, escribe Balagué en el libro. A esa edad abandonó Murphy, su localidad natal para vivir en Rosario. Eso hace que se sienta casi “extranjero en su familia”. “Te vas muy joven y tus padres quedan atrás y no sabes quiénes son. O peor todavía, a tus padres los conoces porque a los 40 ya tenemos nuestra personalidad, pero al revés, no. Mauricio dejó de tener padres cerca y ha tenido que buscar la manera de montar un núcleo familiar que para él es tan importante. Se tuvieron que ir a París sin Karina [su mujer] y sin Mauricio, el hijo. Karina se va a ir a París a buscar casa y será la que establezca la residencia familiar y la casa, eso tan importante, pero en Mauricio ya entra el fútbol y la mayoría de edad, ha fichado por el Watford y se queda en Londres. Pero es una familia de fútbol y saben dónde se meten”, asegura el autor del libro.

Su propia experiencia vital hace que Pochettino parezca un técnico de otra época. No tiene representante y él mismo llevó la negociación con el campeón francés, inusualmente corta para lo que se estila. «No es de los que tenga melancolía por el pasado», explica Balagué, «pero sí que mira para atrás y dice “es que era eso”.» «Eso» es la pasión que encontró en el equipo femenino del Espanyol cuando ayudaba al cuerpo técnico como parte de las prácticas para obtener el título de entrenador. «Entrenaban a las diez de la noche, casi sin luz, hiciera el tiempo que hiciera, no fue entrenador de las chicas, pero estuvo haciendo ahí las pruebas, se ponía a jugar con ellas, se iba a comer con ellas y esa sensación, es la que querría recuperar», añade Guillem.

Eso es lo que trata de hacer también en el PSG. Aunque parte del camino ya lo tiene andado. «Ese espíritu se recuperó camino de la final de la Champions. Ayudó mucho el grupo de españoles: Bernat, Ander Herrera, Sergio Rico, Sarabia... Los que hablan español también, como Keylor Navas. Intentaron recuperar esa unión de familia, y se fueron apuntando otros, Neymar, Mbappé... y les ayudó a llegar a la final de la Champions. Como la gente está un poco cansada del covid, a lo mejor se perdió un poco y Tuchel tampoco supo alimentarse de eso y es lo que están intentando recuperar», cuenta Guillem Balagué.

Pochettino llevaba más de un año preparándose para un reto como el del PSG. «Se estuvieron preparando durante trece meses sobre cómo trabajar con la élite cuando has estado en otro tipo de clubes y para intentar averiguar cómo es el futbolista de hoy en día, porque se les empieza a alejar en el tiempo su época de jugadores. Y ése es un trabajo que han hecho en estos últimos meses, cómo llegar al futbolista», explica Guillem Balagué.

Pero ese trabajo lo hace desde siempre Pochettino. «Necesita ese contacto, por eso de crear sinergias o energías conjuntas, necesita el contacto, necesita el tacto también», dice. Y él mismo lo experimentó mientras preparaba el libro. Uno de esos lunes que quedaban para trabajar, se encontró con que era el entrenador el que le preguntaba a él cómo estaba. «Y me tiré la hora hablando de mí. Al acabar me fui supermosqueado a casa por haber perdido el tiempo y luego pensé “esto es lo que hace”. Yo no me di cuenta, pero le conté cosas que no le había contado a nadie, cosas que no le cuento a la gente del fútbol y pensé “es esto”. Y una vez que haces eso, como futbolista le das todo».

La duda es cómo se puede conseguir ese acercamiento con estrellas como Neymar. «Han ido al vestuario desnudos de prejuicios y a buscar al chaval apasionado del fútbol, lo mismo que ha hecho en todas partes. Y por lo que sé de Neymar está desesperado por que se le trate de esa manera, quiere ser ese chaval que tiene ilusión por el fútbol. Si le tratas como estrella, lo pierdes seguro», dice Guillem.

Portada del libro "Un mundo nuevo. Diario íntimo de Pochettino en Londres"La Razón
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