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Fútbol

Real Madrid-Betis (0-0): Secos bajo la lluvia

El equipo de Zidane no puede contra el Betis, en un partido en el que acabó volcado, pero también pensando en el Chelsea de Champions

Isco y Joaquín en el Real Madrid-Betis de LaLiga
Isco y Joaquín en el Real Madrid-Betis de LaLigaBernat ArmangueAP

Sonaba «Malamente» de Rosalía cuando el Madrid saltaba a calentar en Valdebebas, como si cantase lo que le pasa al Madrid frente al gol en este final de LaLiga. Marcó al Cádiz, pero no lo hizo antes frente al Getafe ni contra el Betis y da la impresión de que el campeonato se le puede estar escurriendo, gota a gota, asfixiado por las bajas y el cansancio, obligado a un esfuerzo para el que no le da la vida. Lo intentó, en una segunda parte a vida o muerte, con el Betis con más espacios y los de Zidane debatiéndose entre los dos frentes, quitando a Modric y a Carvajal porque el Chelsea espera y jugando con Hazard en una situación límite. Más allá de un remate anterior al larguero de Rodrygo no tuvo ocasiones para romper el empate. Sólo una llegada de Vini, cuando pudo correr, y tras la que se quedó sin fuerzas para chutar. Jugó media hora el brasileño, porque también necesitaba un respiro.

Tiene que hacer malabarismos Zidane para mantener el tipo en la dos competiciones y no agotar a los futbolistas. El problema es que parece que no le da para ambas. Llovía en Madrid porque siempre llueve cuando juega el equipo en Valdebebas y se secaba Zidane con una toalla empapada. Era imposible que eso funcionase y fue imposible también encontrar soluciones para ganar el partido. Fue cambiando con el paso de los minutos, de nombres y de sistema, de ganas incluso, pero no hubo manera. Quizá en un estadio lleno, con la necesidad y con el público empujando, el partido hubiese tenido otro final, pero esto es lo que hay: la lluvia gotea contra las sillas azules y vacías de Valdebebas y no hay nadie que empuje al Real Madrid para que se olvide de su cansancio. Otra vez el Betis, y ya van muchas seguidas en Madrid, amargó al equipo de Zidane.

Los de Pellegrini aguantaron bien y con el partido abierto y desordenado tuvieron ocasiones más claras para ganar que cuando empezaron dominando, de manera académica, pero sin morder. El Real Madrid, al principio, se dejó hacer, porque no tiene prisa, aunque luego eche de menos el tiempo perdido. El Betis controlaba y un ordenado Madrid maduraba el partido. Ha perdido frescura y con el choque del Chelsea tan cerca, también es más precavido o eso parece. O quizá es que nadie puede igualar la fiereza con la que juega Vinicius y que se contagia al resto. Zidane optó por Rodrygo y Marco Asensio en las bandas, cambiándose a lo largo del partido de lado y al Madrid le costó llegar a la portería rival, porque no tienen la velocidad ni el atrevimiento de Vini para irse adelante aunque parezca una locura. Y cuando entró, ya era tarde.

Fue eso lo que hizo que a los blancos les costase entrar en el partido. El Betis empezó mejor colocado, con Guardado al mando de operaciones y buscando el lado izquierdo, donde caían Canales y Joaquín. No se inmutó el Madrid, que si algo sabe hacer estos últimos tiempos es defenderse y no perder la calma. La vuelta de Carvajal en la banda derecha se nota. Por fútbol y por personalidad. El lateral juega con la consistencia que no tiene Odriozola. Es algo que o se tiene o sólo da el paso de los minutos y de los años. Es más una sensación que otra cosa, pero casi se puede palpar. Por eso lo cambió Zidane: lo necesita el martes.

La primera parte se jugó con el freno de mano, sin forzar, pero fue en la segunda cuando se desató la necesidad blanca y las posibilidades del Betis con más espacios. Zidane lo movió todo para dar otro aire al equipo, para abrirlo, buscar espacios o rapidez. Isco no se lo da, pese a que su intento de protagonismo es encomiable. Otra cosa es que sea lo que necesita el equipo.

Sin Kroos ha perdido las luces largas con las que veía más lejos. Modric es el único que busca los cambios de orientación con el que mover al rival, pero está solo y suma más minutos de los que todo el mundo esperaba a estas alturas del curso. Para buscar el gol, además de un Hazard sin minutos, el plan fue Odriozola y Marcelo. Y luego, Blanco, el canterano. Y no, no funcionó.