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El Karate: cómo surgió y su breve historia olímpica

Este arte marcial es uno de los más practicados en el mundo. Grandes figuras del cine como Chuck Norris o Pat Morita han sido embajadores de este deporte desde los años 70

El karateka Damian Quintero
El karateka Damian QuinteroJesús G. FeriaLa Razon

El mundo del cine de acción siempre se ha dejado maravillar por las artes marciales. Esta es la principal razón por la que muchos artistas de la lucha se volvieron famosos entre los años 70 y 80 con el auge de este género. Todos recordamos a Pat Morita con su inolvidable papel del señor Miyagi o a Chuck Norris luchando contra Bruce Lee en el Coliseo de Roma. Pero, a pesar de que existen multitud de estilos y escuelas, hoy 25 de octubre se celebra una de las más extendidas mundialmente, el Karate. Y aunque es un arte marcial originado en las islas Ryukyu, actualmente conocidas como la prefectura de Okinawa (Japón), su verdadero origen tiene lugar en China y la India hacia el 3.000 antes de Cristo.

La palabra Karate-Do significa “el camino de la mano vacía”. A pesar de que el objetivo de la mayoría de artes marciales es el de derrotar al mayor número de enemigos posible, el Karate busca ante todo el dominio de las técnicas de autodefensa. Es decir, rechaza cualquier forma de violencia. Nunca debemos atacar a los demás, pero si te atacan, debemos saber defendernos. El Karate se involucra en una filosofía que proviene directamente del Budismo Zen, por lo que, con el paso de los años, ha pasado a ser también un método de desarrollo personal, cambiando el Jutsu (técnica) por Do (camino, guía).

¿Cómo surgió?

Para conocer su origen debemos saber que, en 1409, la isla de Okinawa vivía una situación naval y comercial de gran intercambio entre varios reinos, similar a la de las islas Filipinas, aunque con varias prohibiciones al porte de armas que fueron establecidas por el entonces rey Sho Shin, que favorecieron la unificación de los pequeños feudos en que se encontraba dividida la isla. Estas medidas fueron enfatizadas de nuevo en 1609 por los guerreros samurái japoneses invasores pertenecientes al clan Satsuma, quienes confiscaron las armas restantes. Durante este periodo la vida de sus habitantes fue aún más austera y restrictiva, obligando tanto a los nobles como al pueblo a desarrollar métodos de combate tanto con instrumentos agrícolas, llamados “kobudō”, como a “mano vacía”.

En los siglos XIX y XX, ciertos estilos se establecieron de acuerdo con la estricta división geográfica de la clase social, así como la preferencia por el combate de media o larga distancia. Así, las principales variantes en Okinawa fueron: Shuri-Te, Naha-Te y Tomari-Te. Cada una de ellas tiene sus propias características únicas, tanto en técnica como en metodología. Durante este período, tres maestros fueron los responsables de la sistematización y el resurgimiento de la práctica del Karate: Ito Shihongko (Surishou), Bigangna Kanrei (Nahashou) y Matsumura Kosaku (Bashou), con el fin de integrarse al sistema educativo escolar militar japonés.

Mucha gente piensa que estos artistas marciales usan kimono, lo cual es un gran error, porque esta es la ropa tradicional japonesa, el uniforme de práctica que se usa en el Karate es el “karategi”. El traje, conocido como “gi” se compone de chaqueta, pantalón y cinturón. En el pasado, se practicaba con ropa normal, pero fue en Japón donde se le añadió este atuendo debido a la influencia del Judo.

¿Deporte olímpico?

El camino del kárate a los Juegos Olímpicos ha sido muy largo, desde principios de la década de 1970 ha habido muchos intentos de incorporar este deporte a los Juegos Olímpicos. Pero, pese a ello, hasta la celebración de los Juegos de Tokyo de este año nunca lo habían conseguido. El Nippon Budokan fue la sede escogida para este evento, considerado como la casa espiritual de las artes marciales, según practicantes y aficionados. Se inauguró para los Juegos Olímpicos de 1964, aunque no fue hasta 1970 cuando fue utilizado para los primeros Mundiales de Karate. Está ubicado en el Parque Kitanomaru y tiene capacidad para 15.000 participantes. En él, la karateca española Sandra Sánchez ha ganado el oro en la modalidad de kata, la misma disciplina por la que compitióDamián Quintero, que consiguió una polémica plata frente al japonés Ryo Kiyuna, dejando a nuestro país como el segundo con más medallas en este deporte. Aunque quizá sea la última vez que veamos este arte marcial en unos Juegos, ya que la previsión es que no vuelvan a celebrarse en los de París 2024. “La puerta está cerrada para el Karate”, confirmó el director deportivo del COI, Kit McConnell en agosto de este año.