Juegos Olímpicos

Andrea Fuentes, nueva seleccionadora española de natación artística: "Quiero inspirar a todo el país"

Mito del deporte español como nadadora, ahora vuelve para ser seleccionadora tras lograr la plata con Estados Unidos en los Juegos de París partiendo desde la nada. La historia es de película. Conversa de los cambios en su deporte, de su método, los consejos de Anna Tarrés y hasta del problema del fentanilo en Los Ángeles

Andrea Fuentes será la seleccionadora española de natación artística, después de haber llevado a EE UU a la plata en los Juegos de París
Andrea Fuentes será la seleccionadora española de natación artística, después de haber llevado a EE UU a la plata en los Juegos de ParísAFP

Andrea Fuentes (Valls, Tarragona, 1983) es la española con más medallas olímpicas de natación artística (antes sincronizada). Acumula cuatro: tres platas y un bronce. Será la nueva seleccionadora del equipo nacional para el ciclo de Los Ángeles 2028 después de haber llevado a Estados Unidos a ser segunda (por detrás de China y por delante de España) este verano en los Juegos de París partiendo prácticamente desde la nada. La historia no tiene desperdicio, y la cuenta mientras hace la mudanza.

Tras ese podio con Estados Unidos, ¿fue difícil la decisión de regresar a España?

Tengo, como aquí lo llaman, “mixed feelings”, emociones mezcladas, porque por una parte yo nunca he sido entrenadora en España, yo me he formado aquí de entrenadora y tengo en el corazón a la gente que he entrenado, pero también tengo en el corazón a mi país y a España, entonces muchas veces es como que tengo que separar conceptos. Siempre he querido volver a España y ser la entrenadora allí, es como un sueño, pero también me he formado aquí, me han tratado superbién, ha sido una experiencia que ha superado cualquier expectativa, porque pensaba que tardaría más en conseguir lo que hemos conseguido. El objetivo era hasta Los Ángeles 2028, era perfecto, ganar medalla allí y volver a España, pero la medalla olímpica ha llegado ahora en París, lo que parecía imposible al principio, así que era como: “Casi que ya he hecho lo que tenía que hacer”. Mi misión era llevar a Estados Unidos al podium, desde las más profundas...

Ahora iremos a eso. Antes: ¿se lo pensó mucho?

Lo que me frenaba era Los Ángeles 2028, porque yo vivo en Los Ángeles y era como: “Me voy a ir ahora, que viene lo mejor”; pero a la vez digo, si este tren está pasando es por algo e igualmente iré a Los Ángeles, qué más da dónde viva y qué mejor que ir con la gente de tu propia sangre. Me sentía un poco gilipollas, perdón por la palabra, de irme cuando justo vivo aquí, pero luego pienso que todo el mundo que llevo en el corazón dentro, dentro, está allí y quiero ir con ellos, entonces da igual dónde viva, dónde están tus cuatro paredes, y eso me hizo decir: "Vamos ya", porque a saber cuándo va a volver a pasar este tren. También va a ser muy bonito ir con gente de mi propia casta, como si dijéramos.

¿Qué se encontró cuando llegó a EE UU?

No había Federación, o sea, a mí me llamaron, era una mujer de 70 años llamada Linda que me dijo: “Yo soy voluntaria, trabajo desde casa intentando salvar esto. Ahora hay un equipo, la entrenadora me ha dicho que se va y soy yo sola. Yo soy la Federación”. La Federación no está como en España conjunta con natación y saltos. Entonces, hubo unos problemas muy grandes, la entrenadora anterior a mí la había liado, porque se había mamado en el avión yendo para el Mundial y la lio tan gorda que la sacaron del avión y el equipo fue al Mundial sin entrenadora. Un percal increíble, y entonces se desmembró todo. Me ofrecieron ser “head coach” y dije: “Pero si yo no tengo experiencia como entrenadora, acabo de empezar”. Había hecho cositas con varios países, pero no había sido ni ayudante de entrenadora. Me dijeron: “No tenemos nada, pero creemos en ti”. Y yo dije: “Vale, porque en España no me lo ofrecen, me voy”. Me lo había ofrecido también Australia y Suiza, pero elegía Estados Unidos porque quería devolver todo lo que me habían dado de pequeña, porque se inventó allí el deporte, me hacía ilusión por los niños [sus hijos] y todo. El primer Mundial al que fuimos casi no entramos en la final de doce, pero con mucho trabajo, no sé cómo, al final en seis años medalla olímpica.

Y partiendo de donde partían...

El Gobierno daba cero. El presupuesto que teníamos el primer año, para todo, para todas las categorías, todos los clubes y todo, eran 60.000. Conseguimos ganar la confianza del Comité Olímpico, cada año nos daban un poquito más porque íbamos mejorando, y este último año mucho mejor, pero al final, ya te digo, entrenando en tres carriles, nunca he tenido piscina entera.

"No puedes entrenar como yo estaba acostumbrada. Parece que te sepas la mentalidad americana por las pelis, pero no. No puedes decir ninguna crítica, ninguna corrección negativa"

¿Y cómo era al principio?

Iba a veces a entrenar al mar porque no teníamos piscina. Muchas veces las nadadoras tenían que trabajar por las tardes, porque no hay becas, nadie les hacía la comida... Una cosa increíble que hace valorar tanto lo que tenemos en España. Luego, la mentalidad americana es muy diferente, no puedes entrenar como yo estaba acostumbrada. Yo decía: “Tengo que hacer un documento por si alguna vez volvéis a traer a una seleccionadora de Europa, para que entienda que es otra cultura”. Parece que te la sepas por las pelis, pero no. No puedes decir ninguna crítica, ninguna corrección negativa... Lo veo con mis hijos, van al cole y todo el rato “good job” (buen trabajo), “You are the best” (eres el mejor), “You are a rock” (eres una roca)... Todo el rato están felicitándolos, diciéndoles lo guay que son, lo super “cool” que son. Estas entrevistas que haces una vez al año con los profesores, pues era siempre: tu hijo es perfecto, todo bien, es increíble todo lo que aprende... Y yo, bien, pero en qué tiene que mejorar. “Está perfecto”, era la respuesta. Como hay tanta competencia, ya se aseguran ellos de mejorar entre ellos, pero nunca reciben una crítica negativa. Yo vengo de España que todo el rato es: “Esto es una mierda, tienes que hacer esto, no sé cuantos...”. Entonces fue como aprender a convertirlo todo en positivo, lo cual está bien porque creen en ellos mucho más desde pequeños, aunque también es excesivo, pero al fin y al cabo en ciertas cosas es importante empoderar a la persona.

¿Qué hizo entonces?

He hecho como una mezcla entre español y americano, como el camino de en medio, decir que “está bien, pero lo tienes que mejorar”; y lo quiero aplicar ahora en España porque muchas están muy quemadas del equipo, no las conozco a todas y ellas no me lo han dicho personalmente por respeto y porque yo era el rival en París en aquel momento, pero lo he oído mucho. Mi misión en España es llevar la esperanza de nuevo, la ilusión por entrenar, el amor al deporte, la unión en el equipo... Todo esto es mi fuerte. Porque muchos más resultados... Podium olímpico es mucho, y puedo llegar a lo más alto, sí, pero creo que mi misión si me han fichado es por algo más que por resultados, quiero inspirar a todo el país, y no sólo en sincro, quiero realmente que seamos un referente deportivo, no sólo en natación artística, porque si de algo servimos en el deporte es para inspirar a toda la sociedad, no sólo a nuestros deportistas. Meterte boca abajo en el agua con las piernas para arriba, no hay nada más absurdo que esto, pero si de ahí, mediante la natación artística, hay valores que sirven universalmente a cualquier empresa, a un niña o niño pequeño para proyección de futuro, o para el día a día, esto sí que es útil y siento que es una buena razón para entrenar.

"Con Anna Tarrés hablo a menudo, le pido consejos y luego lo transmito a mi estilo"

En París ganó China, entrenada por Anna Tarrés; usted fue plata y Mayu entrenaba a España. Todas coincidieron en el equipo nacional hace años. ¿Qué tenía ese equipo?

Venimos todas de esta generación, aprendimos un montón todas juntas. Anna Tarrés era la líder, aprendimos mucho de ella, y ella también creció con nosotras. Yo creo que fue un grupo muy potente que se nutrió interpersonalmente, y ahí hay una pasión conjunta.

¿Habló con Anna en París?

Hablamos a menudo y le pido consejo en muchas cosas, sobre todo de gestión de equipo. La escucho y luego lo transmito a mi propio estilo.

Su deporte ha cambiado los últimos años. ¿Es como empezar de cero?

Casi. Cuando empezó el nuevo sistema fue como: a ver quién va más rápido. Y yo dije, esta es la nuestra, ahí hay que ser muy listo. Le dije al equipo: “No vamos a mirar y ver por dónde va la gente, vamos a liderar, vamos a crear las reglas del juego, porque si esperamos a ver lo que hacen las demás, vamos tarde”. Ese fue mi objetivo desde el principio, vamos por delante y que nos copien, pero no me voy a esconder, valentía por delante. Voy a competir en todo, porque muchos países se escondían y no competían para mirar los vídeos, y yo dije lo contrario: “Vamos a ir a todo y que nos copien, porque el que copia va un paso por detrás; cuando tú me estás copiando yo ya estoy en el siguiente paso”. Esa fue nuestra estrategia y por eso ascendimos tan rápido, porque el miedo paraliza y por eso es mejor ir a por todas.

¿La rutina acrobática es el mayor cambio?

Es genial esta rutina. Con Víctor [Cano, su marido, exgimnasta, que también formará parte del equipo español] lo hemos trabajado muchísimo. Es un trípode, si hay una pierna que te falta no te aguantas. Los países tipo España, Japón, que eran nuestros rivales por la medalla olímpica, no le habían dado importancia, y ahí fue como: “Vamos a pensar que el libre y el técnico [las otras dos rutinas, las clásicas] son casi lo mismo, porque son los mismos movimientos, pero el acrobático es otra bestia, otro animal, y este animal hay que nutrirlo, porque los demás no le hacen mucho caso, pero es nuestra fortaleza. Parecía que era el menos importante, pero al final fue el que dio la clave.

Ahora, además, tienen que decir exactamente qué elementos van a hacer...

Es muy distinto porque ahora es como los otros deportes. Antes nuestro deporte era muy previsible, sabías lo que iba a pasar, era muy difícil perder, si fallabas no te penalizaban, había como mucho politiqueo detrás, pero ahora, si fallas, fallas y te vas a pique.

¿Influye mucho que no esté compitiendo Rusia [sancionada]?

Claro, es un sitio más, pero a ver cuando vuelvan si están actualizadas o se han quedado atrás o qué. Yo tengo mucha curiosidad por ver cómo vienen.

¿Cómo se puede innovar?

Mi trabajo como entrenadora es hacer que cada una de mis nadadoras se sienta libre para crear algo único de ellas, porque cada persona es única, lo que pasa es que nos obligan desde pequeños a estar dentro de un cuadrado, y mi trabajo es liberar y que salgan de las paredes. Cuando sales de las paredes creas cosas nuevas que nunca has visto; claro, pero has estado muchos años: “No, es por aquí”, todos en plan oveja en un corral, y yo digo “no”, rompo las barreras y practico mucho en el entreno quién eres realmente, cómo has nacido, qué tienes dentro que otros no tengan, porque eso es lo que vale. Ese trabajo es lo que hace que juntes doce cerebros y que creen mucho más que uno.

¿Cómo es vivir en Los Ángeles?

Siempre hay cosas buenas y malas. Aquí hay mucho, sabes lo del fentanilo, vamos caminando y a veces nos tenemos que cambiar de acera porque parece “Minecraft”, que vienen los zombis. No son agresivos, pero no mola, tengo ganas de ir a España y caminar tranquila por la calle y saber que la gente no lleva pistola, pero también hay cosas buenas aquí, porque hay mucha libertad, mente abierta de ser lo que quieras, tú puedes ser como quieras, lo que quieras, y no hay tanto juicio, eso lo voy a echar de menos, pero lo voy a intentar llevar a España.