Liga de Campeones

El Atlético se queda corto contra el Celtic (2-2)

El Celtic le sorprendió de salida con su ritmo, su intesnidad y un gol del japonés Furuhashi. Griezmann y Morata, como de costumbre, igualaron el partido

Glasgow (United Kingdom), 25/10/2023.- Alvaro Morata (C) of Atletico scores the 2-2 during the UEFA Champions League Group E match between Celtic Glasgow and Atletico Madrid in Glasgow, Britain, 25 October 2023. (Liga de Campeones, Reino Unido) EFE/EPA/ROBERT PERRY
Morata remata de cabeza el segundo gol del AtléticoROBERT PERRYAgencia EFE

Todo hacía volver la vista atrás 50 años. Desde el uniforme del Atlético que coronaba el escudo clásico hasta el resultado recordaron aquella primera vez que el Celtic y el Atlético se cruzaron en la Copa de Europa, todo llevaba a abril de 1974. Pero los tiempos cambian, el empate fue con goles y el grande de Europa, ahora, es el Atlético, aunque el Celtic por momentos pareciera recuperar los tiempos gloriosos de aquel primer equipo británico que ganó la Copa de Europa. Incluso la inferioridad numérica del Atlético, que acabó con diez por la expulsión de De Paul. El argentino vio dos amarillas que a Babacan, el árbitro del 74, no le hubieran parecido ni falta. Pero merecidas.

De aquel Celtic sólo quedan el recuerdo, la camiseta y Celtic Park. Aunque disimule con un juego atractivo e intenso que sorprendió al Atlético en los primeros minutos del partido. Furuhashi marcó un golazo nada más comenzar el partido, resolviendo con agilidad una extraordinaria pared con O’Riley.

Parecía perdido el Atlético, abrumado por las embestidas de Maeda por un costado y por la clase de Palma por el otro. Y mientras, Molina era el que guardaba la defensa, corrigiendo en el costado contrario cuando tocaba o robando en el propio después de una carrera asfixiante.

El argentino fue fundamental para que el Atlético siguiera en el partido cuando el ritmo del Celtic y los ánimos de Celtic Park le tenían aturdido. Algo de ventaja tiene un equipo cuando después del himno de la Champions le llegan desde las gradas los sonidos del «You’ll never walk alone» cantado por su afición.

Pero Molina no sólo fue decisivo en defensa, también en ataque. Metió la puntera para controlar un pase de Griezmann dentro del área y Taylor, el lateral izquierdo del Celtic se lo llevó por delante. Griezmann asumió la responsabilidad, como de costumbre, pero esta vez Hart le adivinó el disparo y desvió la pelota. La suerte para el francés es que rebotó en el poste y le cayó en la pìerna derecha, con la que pudo marcar gol de primeras.

Otra vez Griezmann ejercía de salvador, aunque con dificultades. No renuncia nunca el «7» rojiblanco a ejercer de líder de su equipo. Siempre le da una salida, por delante o por detrás cuando baja a recibir. Y es capaz de domar balones imposibles cuando su equipo necesita llevar lejos la pelota. Está en su mejor momento Griezmann. Aunque él solo no es suficiente. Y el Celtic no renunció a nada.

El Atlético se fue al descanso con desventaja después del gol de Palma, un zurriagazo con la derecha que pegó en el poste antes de entrar. Otra vez parecía que se tambaleaba el Atlético, pero los cambios de Simeone ayudaron a dar la vuelta al partido.

Llorente, que comenzó en el banquillo como en aquel histórico partido de Anfield que le cambió la vida, igualó el ritmo de los escoceses y Riquelme por la izquierda creaba más peligro que Javi Galán, que bastante tenía con contener la potencia de Maeda. El japonés ya se hizo notar con su selección en el partido que ganó a España en el Mundial. Es incansable.

Pero el Atlético encontró el empate en un centro de Llorente desde la derecha que mejoró Morata con su cabezazo. Se lanzó en plancha el capitán de España para rematar de cabeza una pelota que había botado antes de llegarle.

El Atlético se sintió revivir y se hizo el dueño del partido a la vez que disminuía la intensidad del Celtic. Era imposible que mantuviera el ritmo y el Atlético lo aumentó con la entrada de Correa por Morata. Estuvo cerca del tercero el argentino, pero se le escapó el balón al lateral de la red.

El Atlético, cuando se vio con uno menos, entendió que el empate no estaba tan mal, aunque siguió intentándolo. El Celtic también se conformaba. Ya no es aquel grande que salió dolorido y eliminado de aquella eliminatoria del 74.