
Baloncesto
Jason Collins, el primer jugador de la NBA en activo que se declaró homosexual, sufre un tumor cerebral
El expívot de 2,13 jugó trece temporadas en la Liga estadounidense y actualmente ejercía de embajador de la competición

El exjugador de la NBA Jason Collins, que disputó trece temporadas en la Liga estadounidense y que ahora ejerce com embajador de la competición, sufre un tumor cerebral por el que se está sometiendo a un tratamiento. "El embajador de la NBA y jugador con trece años de experiencia en la liga se está sometiendo a un tratamiento para un tumor de cerebro. Jason y su familia agradecen vuestro apoyo y oraciones y piden privacidad mientras dedican su atención a la salud y al bienestar de Jason", se lee en el comunicado recogido por la NBA.
Collins fue el primer jugador de la NBA en declararse homosexual mientras estaba en activo. Vistió las camisetas de New Jersey Nets, Minnesota Timberwolves, Boston Celtics, Washington Wizards, Memphis Grizzlies, Atlanta Hawks y Brooklyn Nets en sus trece años como profesional. El expívot de 2,13 se retiró de la NBA hace once años.
Mientras, las jugadoras de la WNBA reclaman una mayor protección. Caitlin Clark, una de las grandes estrellas de la competición, sufrió un caso de acoso sexual y esta temporada ha habido partidos interrumpidos por el lanzamiento de juguetes sexuales a las pistas. La WNBA ha reaccionado e invierte en sistemas de seguridad que incluyen inteligencia artificial. "La WNBA colabora para tomar todas las medidas apropiadas, incluyendo arresto y presentación de cargos penales", aseguró un portavoz de la competición a Efe.
La WNBA lanzó este año la plataforma "No Space for Hate" ("No hay sitio para el odio") con herramientas para proteger a sus jugadoras. La liga usa la inteligencia artificial para monitorear los mensajes de odio en redes sociales, invierte en medidas de seguridad dentro de los estadios y ofrece a sus estrellas recursos para cuidar su salud mental.
La expulsión inmediata, el arresto y prohibición de acceso a recintos deportivos son algunas de las medidas previstas por la WNBA para cortar de inmediato una dinámica que pone en riesgo la seguridad de sus jugadoras, pero también su imagen internacional y el valor de marca del torneo.
Las cámaras de seguridad de los estadios permiten identificar fácilmente a los responsables de conductas inapropiadas, aunque las entradas no lleven el nombre de una persona concreta. El lanzamiento de objetos sexuales ocurrió en Atlanta, Chicago, Los Ángeles, Phoenix y Nueva York e incluso algunos juguetes rozaron a las jugadoras. Uno golpeó a una niña de 12 años en las gradas y al menos tres hombres fueron arrestados con cargos de agresión.
"La seguridad de todos en nuestros estadios sigue siendo nuestra prioridad. Estamos trabajando estrechamente con las autoridades policiales locales y federales para tomar todas las medidas apropiadas, incluyendo el arresto y la presentación de cargos penales, con cargos de delito grave cuando corresponda, contra cualquier persona involucrada en esta conducta o de alguna manera relacionada con el patrocinio de este comportamiento imprudente e inaceptable", aseguró un portavoz de la competición.
Caitlin Clark, líder de las Indiana Fever y el gran reclamo de la WNBA en las últimas dos temporadas, fue acosada durante meses por un hombre texano de 55 años, que fue arrestado. "He estado conduciendo por tu casa tres veces al día, pero no llames a la policía, el público puede conducir por la zona de Gainbridge (el estadio de las Fever en Indianápolis) también conocido como Caitlin Fieldhouse", se leía en un mensaje publicado en redes por el acosador.
El hombre, Michael Lewis, fue arrestado en un hotel de Indianápolis por una serie de mensajes enviados a Clark en la red social X que incluían material sexual.
La WNBA promete tolerancia cero para conductas inapropiadas, cuando faltan dos días para el arranque de los "playoffs" que se resolverán en unas Finales al mejor de siete partidos como la NBA.
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