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Un meneo gordo...y sin mi «Shiquetito»

Un meneo gordo...y sin mi «Shiquetito»
Un meneo gordo...y sin mi «Shiquetito»larazon

¡Qué cosa más grande! ¡Qué escándalo! ¡Qué manera de jugar al fútbol! Todos los que amamos este maravilloso deporte tenemos que ponernos en pie y aplaudir a este equipo de Valverde hasta que se nos pongan las manos coloradas. Ha sabido leer e interpretar a las mil maravillas este clásico que parecía descafeinado. Y tan coloradas como nuestras manos se le ha quedado a más de uno la cara con la manita que se llevó el equipo blanco de su máximo rival, el Barcelona. O a Luis Enrique cuando haya visto la nueva exhibición del que, a fecha de hoy, es el mejor lateral izquierdo del mundo: Jordi Alba Ramos.

Falta de respeto. Hace una semana, y pese a perder con el Levante, la «vikingada» quería visitar La Cibeles para celebrar la lesión de «Su Santidad» Leo Messi en una nueva y clara falta de respeto a este sensacional equipo. Una plantilla comandada por un hombre tranquilo y normal que atiende al nombre de Ernesto Valverde. Un conjunto que tiene muchas virtudes, como esa facilidad para leer los partidos y hacer los movimientos adecuados en el momento exacto. Así sucedió ayer, por ejemplo con la entrada en el campo de Semedo para equilibrar la superioridad del equipo de Lopetegui en el centro del campo además de anular los problemas que estaba creando un ansioso Marcelo en los primeros quince minutos del segundo tiempo. Cortada la hemorragia, el Barça asestó el golpe definitivo con Dembelé. Velocidad, divino tesoro.

Repaso histórico. A todo esto, mi «Shiquetito» en la grada de espectador. Hemos visto que en algún momento se le caía la baba de gusto viendo a sus compañeros dar uno de los mayores repasos de la historia reciente de nuestro fútbol. O lo que se viene llamando un «meneo gordo».