Vuelta a España

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El Sky marca el paso

Los favoritos dejan la victoria en manos de Lutsenko en el primer final en alto de la Vuelta. Sólo Contador, Chaves y Michael Woods consiguen entrar en la meta junto a Froome

Contador entra por delante de Froome en la meta de Alcocebre
Contador entra por delante de Froome en la meta de Alcocebrelarazon

Los favoritos dejan la victoria en manos de Lutsenko en el primer final en alto de la Vuelta. Sólo Contador, Chaves y Michael Woods consiguen entrar en la meta junto a Froome.

Poco más de tres kilómetros de ascenso llevan hasta la Ermita de Santa Lucía. Tres kilómetros largos, con un porcentaje medio del 10 por ciento y que en ocasiones se acerca hasta el 25. Rampas duras que se hacen interminables y que los rivales de Froome no aprovecharon para castigar al líder. «Me sorprende que otros equipos no lucharan por la general hoy», dice el maillot rojo. La sorpresa desaparece sólo con mirar el orden de llegada. El ritmo que impusieron los corredores del Sky era insoportable para casi todos. El italiano Moscon volvió a marcar un paso difícil de seguir –«Está impresionante», confiesa Froome– y cuando llegó el momento de atacar sólo el líder se atrevió. A su rueda, Esteban Chaves y el canadiense Michael Woods. Por delante, pero en el mismo tiempo, Alberto Contador.

«Estoy feliz. Las sensaciones han sido bastante mejores que el otro día. Se asemejan más a la realidad de los días anteriores», explicaba Alberto. «Tampoco hay que estar eufórico, ha sido un repecho corto, muy explosivo, no era un puerto largo como los que nos esperan la semana que viene», añadía. «Alberto lo pasó mal en Andorra pero hoy lo he visto fuerte. Dice mucho de su carácter, de su tenacidad. Es un ciclista que nunca baja los brazos y estoy seguro de que luchará hasta el final de la Vuelta», asume Froome.

Pero Alberto no es la referencia ahora para el británico. Tampoco Chaves, que hasta el momento es el único que le aguanta el ritmo en las subidas. «Ha demostrado ser uno de los corredores más fuertes este año. El pasado también y acabó en el podio. Va por buen camino, pero los 40 kilómetros contrarreloj no juegan a su favor», analiza el líder.

Froome mira la clasificación buscando un rival, pero Aru perdió once segundos; De la Cruz, 21; Nibali, 26 y Bardet, 41. Ninguno se hunde, pero poco a poco se van alejando del ciclista del Sky, que cuenta con la contrarreloj de Logroño para decidir la Vuelta. Por eso no le importó dejar que se marchara por delante un grupo de 17 corredores que llegó a tener ventaja suficiente para que el holandés del Manzana Postobón Jetse Bol pudiera ponerse de líder. «El maillot rojo nunca peligró», reconoce Froome. Pero tampoco estuvo en duda que la victoria se la iban a jugar los escapados. Lutsenko fue el más hábil. El kazajo, que se perdió los Juegos de Río el año pasado por las lesiones sufridas al chocar con un coche, tuvo paciencia para escoger su momento. No le importó que Haller, el austriaco del Katusha, abandonara antes el grupo de escapados. Escogió a Mohoric como compañero de aventura y la selección natural hizo el resto para dejarlo solo en cabeza.

Por detrás, Gougeard lanzó un ataque para intentar enlazar al que se apuntó el eritreo Kudus por detrás, mientras Marc Soler tiraba por detrás de Alaphilippe. El joven de Movistar, liberado de obligaciones para la general, buscaba la victoria de etapa, su motivación en esta Vuelta. Rubén Fernández, la otra promesa del Movistar, también se había metido en la escapada, pero se descolgó antes. A Soler le faltaron kilómetros de ascensión para atrapar a Lutsenko. Al kazajo se le hicieron largos los tres kilómetros y medio de ascensión. El pelotón le recortó un minuto, pero ésa era mucha distancia para un hombre solo, como Marc. O como Kudus.

«Los últimos tres kilómetros eran muy duros», reconoce el ganador. Su mayor triunfo hasta ahora era una etapa en la París-Niza del año pasado, pero la Vuelta es algo más. «Es mi victoria más importante», asegura. Una victoria consentida por Froome y por sus rivales.