Ciclismo

Francia

Una foto para el Tour de Froome

El alemán Marcel Kittel (Argos)
El alemán Marcel Kittel (Argos)larazon

El alemán Marcel Kittel (Argos) se impuso hoy en la décima etapa del Tour de Francia en un cerrado 'sprint' marcado por una caída en los últimos metros, mientras que el británico Chris Froome mantiene el maillot amarillo.

La última, y la única vez que el Tour de Francia llegó al fantástico Mont Saint Michel fue en 1990, y la etapa terminó con un sprint que se acabó llevando Johan Museuuw. Nunca antes el mito belga había conquistado una meta de la ronda gala y, cuando lo hizo, la foto quedó lacia, deslucida para el lugar en que se encontraba. La organización del Tour había dispuesto la llegada en el sentido contrario de la magnífica postal que es la abadía sobre el monte rocoso de la isla mareal, así que Museuuw se tuvo que contentar con verse a sí mismo, que no es poco, en la imagen para la historia que es alzar los brazos en el Tour.

No existió, pues; no hay archivos que lo daten, ni cámara que la retenga entre sus viejos carretes de los que antes se revelaban, qué antiguo, qué tiempos aquellos. Veintitrés años después, el Tour se vuelve a dejar arrastrar por la marea del Mont Saint Michel en todo su esplendor. Y, por si algún objetivo anda despistado, tendrá donde elegir en los 33 kilómetros de contrarreloj llanos. En avanzadilla hacia el monte, por la misma carretera que salva los catorce metros y medio de mareas que suben dos veces al día, por la carretera que en 1879 se construyó para no tener aislada la abadía, alrededor suyo en el giro de los últimos kilómetros y en la meta, tan mágica con la roca feligresa al fondo. Será la foto más hermosa de este Tour. La imagen más perfecta para Chris Froome.

Eso es lo que perseguirá hoy el ciclista keniano, la perfección en un recorrido llano al nivel del mar, que se ajusta tan bien a él como el «maillot» amarillo que hace lucir y brillar con su ideal educación y su placentera presencia. Su primera gran oportunidad para distanciar aún más a Alejandro Valverde del minuto y 25 segundos que los separan y a Alberto Contador, que está a 1'51'', antes de subirse a la «cabra» Dice Froome que la crontrarreloj es una de las especialidades que más ha trabajado este invierno, como si se le hubiera dado mal hasta ahora. «La posición», explica y no le pone palabras, pero gesticula que ahora sus codos son más aerodinámicos, como todo su cuerpo, más armoniosos con toda su anatomía, en una línea recta. «Pero no he pensado mucho en lo que espero del día. No miro a otros corredores, sólo a mí, a hacerlo lo mejor posible», jura, y señala a Valverde como su principal rival.

Y el murciano, que por primera vez en este Tour, probablemente en toda su vida, se apuntó a la moda del rodillo al llegar a Saint Malo, echaba sus cálculos contando «estar a la altura de Alberto Contador, perdiendo lo mismo que él sería una buena contrarreloj», pensaba en alto.

Contador, por su parte, se amarra al «dar lo mejor» de sí, sin números ni minutos contados que perder con Froome. También sabe el madrileño que le tocará claudicar, «pero, ahora, entrar en los puestos del podio es algo secundario, la clasificación que hay ahora es totalmente ficticia. La carrera irá poco a poco a su sitio», defiende el ciclista. «El recorrido no me conviene. Tendré que ir lo más rápido posible para que la diferencia sea la menor posible», conviene. Para que la foto no sea la de un descalabro.