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Hípica

El CSN3* San Julián de Cuenca, Salto de Obstáculos en familia

Este año cumple su 69 edición y se disputará del 28 al 31 de agosto

Competición en el CSN3* San Julián de Cuenca Chacco Marketing

Una de las citas clásicas del final de verano hípico es el CSN 3* San Julián de Cuenca. Este año cumplirá su 69 edición del 28 al 31 de agosto y más del 50 por ciento de los caballos inscritos se han quedado fuera debido a la alta demanda que tiene el evento que se celebra en el Recinto Ferial La Hípica.

Entre los jinetes y amazonas que compiten se encuentra la familia García-Torres casi al completo. El padre, Emilio García-Torres competirá con tres caballos, y sus tres hijos, Ana Emilio y Carmen, lo harán también. Son Ana, Emilio y Carmen. La primera fue segunda y cuarta en el Gran Premio del CSN2* de Venta La Rubia, tercera en el PGP del CSN2* Venta La Rubia, segunda en el PGP del CSN3* Yeguada Anantara… Emilio hijo ganó el GP del CSN2* Venta La Rubia, segundo en el GP del CSN3* del RACE y tercero en la clasificación final de Jóvenes Jinetes del Campeonato de España de Salto 2024. Ana ha hecho podio en pruebas de 1,20 y 1,30 y muy buenos recorridos a 1,40. No es la única familia que compite. También lo hará la familia Fierro, el padre y dos hijos. Claudia este año compite con "Ibis", que era el buque insignia de su padre. El caballo que montaba Claudia, "Mistral Van Orti Z", ha pasado a manos de su hermano Miguel. Felipe Villanueva Alonso y Felipe Villanueva López son padre e hijo que también compiten y María Monzón Tarrago saltará junto a su hija Carla del Pino Monzón.

Además de familiar, el concurso continúa con la iniciativa solidaria que emprendió en 2024. Esta vez es a favor de la Asociación de Parkinson de Cuenca a la que se entregará un cheque una vez finalizado el Pequeño Gran Premio del sábado.

Francisco Javier Escamilla es miembro del Comité Organizador del concurso y asegura que "mantener viva esta cita es un acto de responsabilidad con la historia de nuestra ciudad y con el mundo de la hípica en España. Hablamos de casi siete décadas de tradición ininterrumpida, en las que Cuenca ha sido punto de encuentro para generaciones de jinetes y aficionados. Para nosotros, que el concurso siga ocupando un lugar destacado en el calendario nacional es una forma de honrar el legado recibido y de proyectarlo hacia el futuro con la misma ilusión con la que arrancó".

Escamilla apunta que "el concurso no deja de crecer en prestigio y calidad. Cada año aprendemos de la experiencia anterior, incorporamos mejoras técnicas y buscamos ofrecer un programa deportivo más atractivo y competitivo. Esa evolución es lo que explica que hoy sea un certamen al que los jinetes quieren volver, no sólo por el nivel de la competición, sino por el ambiente único que se respira estos días". Y añade una de las claves del concurso: "El ambiente familiar creemos que se debe a una mezcla de tradición y cercanía. La afición conquense ha acogido siempre el concurso como un acontecimiento propio, que forma parte de las fiestas y de la vida social de la ciudad. Esa calidez se transmite a las gradas, donde familias completas disfrutan juntas de la competición, creando un clima que no se encuentra en otros certámenes de mayor envergadura, pero menos enraizados con su entorno. Ver a padres e hijos compartir la pista, animarse y competir en el mismo escenario es una de las imágenes más emotivas que nos deja el concurso. No sólo hablamos de deporte, sino de un vínculo generacional que refuerza el sentido de continuidad de esta disciplina. Ese espíritu familiar conecta perfectamente con el carácter del propio concurso y con lo que significa para Cuenca".

"El CSN3* es ya parte inseparable del programa de fiestas San Julián. En esos días, el Recinto Ferial La Hípica se convierte en otro de los escenarios festivos de Cuenca, con su propia tradición y su propio público. La hípica aporta un toque de elegancia y de emoción deportiva que complementa la oferta cultural, musical y popular de las fiestas, enriqueciendo aún más la vida de la ciudad", afirma Francisco Javier.

"Los momentos más especiales son la disputa del Gran Premio, que concentra toda la expectación deportiva, y la entrega del cheque solidario, que recuerda a todos que este evento también tiene un propósito social. Son instantes que condensan la esencia del concurso: excelencia deportiva y compromiso con la comunidad", comenta. "La principal dificultad es gestionar la enorme demanda de participación que tenemos cada año, porque son muchos los jinetes que quieren estar aquí y no siempre es posible dar cabida a todos. También implica un esfuerzo constante en términos de logística, patrocinio y coordinación institucional. Pero la satisfacción llega cuando, después de tanto trabajo, ves las gradas llenas, los caballos en pista y la ciudad volcada con el concurso: ahí todo cobra sentido", añade.

"El objetivo es seguir reforzando la calidad deportiva y la proyección nacional del evento, pero sin perder la esencia cercana y familiar que lo distingue. Queremos continuar mejorando las instalaciones, ampliar las actividades paralelas que vinculan el concurso con la ciudad y mantener el componente solidario como una seña de identidad. El reto está en crecer sin perder nuestra alma, y en eso estamos trabajando año tras año", concluye Francisco Javier Escamilla.