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F. C. Barcelona

Remontada exprés del Barça en los últimos minutos (2-2)

El Barcelona iguala un 2-0 en los últimos minutos ante un Sevilla que perdonó muchas veces la sentencia. Messi, que empezó de suplente, logró el 2-2. El líder continúa invicto.

Correa y Jordi Alba pugnan por el balón en un momento del encuentro larazon

El Barcelona iguala un 2-0 en los últimos minutos ante un Sevilla que perdonó muchas veces la sentencia. Messi, que empezó de suplente, logró el 2-2. El líder continúa invicto.

Parecía el día. El Barça, invicto hasta ahora en el campeonato, estaba a merced del Sevilla, contra las cuerdas: 2-0 abajo y recibiendo una vez tras otra contragolpes letales. El tercer tanto local se quedó muchas veces en ¡uy! Una mala última decisión, un remate fuera, una parada de Ter Stegen... Se resistió el tanto y el líder logró lo que parecía imposible: igualar el partido cuando parecía «muerto». Fue Messi quien marcó el 2-2 y el que mantuvo a su equipo con el casillero de derrotas a cero cuando quedan ocho jornadas para el final.

Porque Leo, tocado, salió en la segunda parte. Su equipo le echó de menos antes. No es que cambiara su plan de juego el Sevilla, pero no tener enfrente al «10» siempre es un alivio. La ventaja que los azulgrana tienen en la Liga y la cercanía del partido de la Roma hizo a Valverde ser prudente y reservar a su estrella. Es curioso que el Barça más seguro defensivamente en años encajara un gol como el que logró ayer Mudo Vázquez. Controló Correa, jugó con Escudero y el pase al área entró entre cinco barcelonistas. En medio de ellos estaba el argentino en el sitio ideal para rematar a placer. Pero el Sevilla había buscado su suerte ya antes. Valiente, se tiró arriba para dificultar el arranque de las jugadas de su contrincante. Echaba de menos el Barça a Busquets, y Rakitic esta vez no pudo brillar de mediocentro. Impedía el Sevilla la circulación del Barcelona y las fuerzas estaban igualadas. La pausa de Iniesta no servía para romper líneas y Coutinho era demasiado intermitente. Dembélé sí trató de poner más velocidad sin éxito, mientras los centros de Jordi Alba desde la izquierda no encontraban a nadie, quizá porque no estaba Messi, su socio habitual. Luis Suárez remató fuera el mejor pase del lateral.

El Sevilla era más vertiginoso. Combinó bien el toque de Banega con la calidad de Correa y las llegadas de Navas y Escudero, uno por cada lado. N'Zonzi hacía el trabajo sucio. Vázquez ya tuvo la primera oportunidad a la carrera, en un cabezazo que mandó fuera por milímetros. Cada córner a favor del Barcelona era una ocasión para los andaluces en apenas unos segundos.

No bajó el ritmo el equipo de Montella tras el descanso. Continuó apretando y no tardó en encontrar el segundo en los pies de Muriel. Le tocaba decidir a Valverde: arriesgar a Messi con todo en contra o reservarlo hasta el final. Optó por ponerlo y el «efecto Leo» llegó: con él aceleró el equipo y aparecieron un par de ocasiones, especialmente una que despejó Kjaer en el último instante. Pero fue efímero. El partido volvió a ser lo que quería el Sevilla. Volcado arriba el Barcelona, cada pérdida era castigada con un contragolpe lanzado por Banega. Los tuvo de todos los colores el cuadro local, que perdonó la vida a su rival. A veces el error estaba en el último pase, con todo a favor; otras, precisamente en no dar ese último pase cuando un compañero estaba mejor situado. Lo rozó Mudo Vázquez, que se estrelló con el lateral de la red; Ter Stegen respondió al tiro de Navas; Muriel, que acabó agotado, se desesperaba cuando no le dieron una pelota, y cuando le llegaba lanzaba fuera. Parecía imposible, pero el marcador seguía sin moverse.

La ventaja, de todas formas, era amplia. Ya se trataba de resistir, pero cuando Messi está al otro lado el asunto se complica. Con apenas 47 segundos de diferencia (entre el minuto 88 y el 89), Luis Suárez, tras un córner, y Messi desde lejos hicieron un milagro en forma de empate. Hasta en su peor versión logró agarrarse al partido.