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Moto GP

El duro mensaje de Ducati a Bagnaia

El Gran Premio de Australia 2025 se presenta como una cita decisiva

Pecco Bagnaia, este viernes en el circuito de Barcelona
Pecco Bagnaia, este viernes en el circuito de BarcelonaAgencia EFE

El ambiente en el box de Ducati se ha vuelto más tenso de lo habitual. La firma italiana, que acostumbra a dominar con autoridad en MotoGP, atraviesa un momento delicado con su piloto estrella, Francesco “Pecco” Bagnaia, quien vive uno de los baches más complicados desde que llegó a la categoría reina.

El Gran Premio de Australia 2025 se presenta como una cita decisiva: un escenario en el que el actual campeón del mundo necesita reencontrarse con su mejor versión y, sobre todo, recuperar la confianza.

En las últimas carreras, Bagnaia ha mostrado una irregularidad inusual. Errores de pilotaje, falta de ritmo en momentos clave y una visible pérdida de serenidad en pista han encendido las alarmas dentro del equipo. Ducati, que siempre se ha caracterizado por su exigencia y perfeccionismo, comienza a mirar con preocupación la caída de rendimiento de su piloto principal.

No se trata solo de resultados: la crisis de Bagnaia parece tener raíces más profundas. Fuentes cercanas al paddock aseguran que el piloto italiano atraviesa un periodo de dudas y desgaste mental, fruto de la enorme presión que supone defender el título en un campeonato cada vez más competitivo.

Cada fin de semana, cada curva, se ha convertido en un examen constante, y esa carga parece estar afectando su rendimiento.

En Borgo Panigale, la paciencia tiene límites. Aunque la dirección deportiva ha mostrado apoyo público hacia Bagnaia, internamente se sabe que Ducati no puede permitirse un campeón en crisis por mucho tiempo. Los rivales aprietan, y la fábrica cuenta con una alineación de talento dispuesta a aprovechar cualquier oportunidad.

El GP de Australia representa más que una carrera: es una prueba de carácter. Si Bagnaia consigue firmar una actuación sólida, podría iniciar su proceso de recuperación emocional y deportiva. Pero si las dificultades persisten, el debate sobre su continuidad como líder absoluto del proyecto podría reabrirse.

Los expertos coinciden en que el principal desafío del piloto no es técnico, sino mental. La confianza, ese elemento intangible que marca la diferencia entre los campeones y los que se quedan a las puertas, parece haberse desvanecido.

El propio Bagnaia lo ha reconocido en declaraciones recientes: “A veces, incluso con la mejor moto, todo parece salir al revés. No es un problema de velocidad, es un problema de sensaciones”.

Recuperar esas sensaciones será clave en Phillip Island, un circuito rápido y exigente donde la concentración y la valentía se ponen a prueba en cada vuelta. Allí, donde el viento y el mar se mezclan con el rugido de los motores, Bagnaia intentará romper su propio muro psicológico.

Ducati sabe que de este fin de semana puede salir una nueva narrativa: la de la resurrección del campeón o la confirmación de una crisis más profunda.

El equipo confía en que el piloto pueda reencontrarse con la inspiración que lo llevó a lo más alto, y que el GP de Australia marque el inicio de su regreso.