El Copenhague, que recibe al Madrid, nunca ha perdido en casa

El Copenhague nunca ha perdido un partido en el estadio Parken en la fase de grupos de la Liga de Campeones, que ha disputado en tres ocasiones hasta ahora.

El Copenhague, que este martes recibe al Real Madrid, nunca ha perdido un partido en su campo, el estadio Parken, en la fase de grupos de la Liga de Campeones, que ha disputado en tres ocasiones hasta ahora.

De los ocho encuentros disputados en su cancha, el actual campeón danés ha conseguido cinco triunfos y tres empates, incluidos algunos rivales de prestigio como el Manchester United, el Benfica, el Barcelona, el Juventus y el Galatasaray.

En su primera experiencia, en la temporada 2006-2007, empató a ceros contra el Benfica, derrotó 1-0 al United, que había presentado un equipo plagado de suplentes, y derrotó en la última jornada al Celtic (3-1), aunque no pudo evitar quedar último de grupo.

Cuatro temporadas después, el equipo dirigido por el noruego Ståle Solbakken, técnico en las tres ocasiones que ha pasado la previa, el Copenhague arrancó con un triunfo por la mínima contra el Rubin Kazan, al que siguió un empate a unos frente al Barcelona, luego campeón del torneo.

La victoria contra el Panathinaikos (3-1) en el último partido selló una histórica clasificación para octavos de final, la primera de un equipo danés en este torneo, donde se enfrentó al Chelsea, entonces entrenado por Carlo Ancelotti, el ahora técnico del Real Madrid, que ganó 2 a 0 en Parken.

En su tercera experiencia en Liga de Campeones, el Copenhague ha sabido arrancar un empate sufrido contra el Juventus (1-1) y un triunfo contra el Galatasaray (1-0).

Pero mientras Ancelotti sí sabe lo que es ganar en Parken, Cristiano Ronaldo nunca lo ha hecho en los tres partidos que ha jugado ahí.

Perdió con el United en Liga de Campeones, empató con Portugal (1-1) frente a Dinamarca en la clasificación para Sudáfrica 2010 y perdió dos años después (2-1) de nuevo contra la selección danesa, aunque marcó un bonito gol de falta en el descuento, un resultado que obligó a Portugal a jugar la repesca para la Eurocopa.