Serbia

El pivote que habla al revés

Aginagalde tiene tanta habilidad para marcar como para «repetir frases con las letras cambiadas», dice su hermano

JULEN AGINAGALDE fue nombrado tercer mejor jugador del mundo en 2012
JULEN AGINAGALDE fue nombrado tercer mejor jugador del mundo en 2012larazon

Toca botar la pelota mientras chocas con un compañero tratando de no perder el control en el entrenamiento de la Selección de balonmano. La pareja de Dani Sarmiento es Julen Aginagalde. Un problema para el central del Barça, que es alto y pesa 87 kilos, pero que tiene que pelear contra los 113 del pivote. Sarmiento pierde el pie la mayoría de las veces, lo mismo que los rivales salen casi disparados cuando tratan de agarrar a Aginagalde y éste se gira. Por eso Julen ha sido nombrado el tercer mejor jugador del mundo en 2012. «Eso no cambia nada, tengo la misma responsabilidad de antes porque siempre me exijo el máximo», explica el «13» de la Selección, que comenzó como lateral, aunque los que le rodeaban sabían que estaba destinado a ser pivote. «Todos veíamos que tenía buen cuerpo para jugar de pivote, incluso los primeros años le prohibían hacer pesas, pero decidimos que para mejorar su agilidad y su juego de piernas al principio jugara en la primera línea», explica su hermano Gurutz, uno de los «responsables» de que Julen se dedicara al balonmano.

Gurutz es cinco años mayor y en esa época jugaba en el Bidasoa (actualmente lo hace en el Naturhouse Ciudad de Logroño), uno de los clubes punteros de España y de Europa. Y el joven Aginagalde quedó atrapado. A los 16 años, ya había debutado en Asobal. Es lo que tiene poseer un físico privilegiado. «Pero se conoce a sí mismo y se cuida. No me pide mucho», explica Maialen Araloza, la fisioterapeuta de la Selección. Un cuerpo que le permite soportar golpes sin inmutarse, como el de su compañero Gedeón Guardiola, en la cara, en el entrenamiento. «No pasa nada, es un deporte duro y todos reciben golpes, aunque es verdad que ellos los encuentran de cara y los míos son más imprevistos», dice Julen. Golpes que se ven y otros que no: «Me hacen, pero yo también hago porque si no te quedas atrás. Es un puesto bonito en ese aspecto: de lucha y pillería», continúa. Ha perdido la cuenta de las camisetas que le han roto este curso. El pivote, además, tiene otra curiosa cualidad. «Casi nadie lo sabe, pero desde muy pequeño puede memorizar frases enteras y decirlas al revés con las letras cambiadas. Frases, no palabras, y lo hace perfecto. Mentalmente también tiene habilidades raras», desvela Gurutz.

Aginagalde es uno de los referentes de España tanto dentro como fuera de la cancha. Dentro es uno de los hombres que pueden llevar a «La Roja» al oro. «En cualquier lista de los tres mejores pivotes está él, seguro», opina su compañero en el Atlético Roberto García Parrondo. Y fuera, por su forma de ser: siempre divertido. «Tiene un carácter muy del norte; si no te conoce es correcto, pero cuando coge confianza...», asegura su hermano. «Y se ha juntado con Maqueda...», explica el jefe de prensa de la Federación. «Jorge [Maqueda] es mi compañero de habitación, pasamos muchas horas juntos y siempre estamos de cachondeo», afirma el propio Julen. Hay que tener cuidado con las palabras que se dicen estando con él. «Siempre busca la rima...», explica Alberto Entrerríos. Julen también es el DJ oficial del equipo. Antes de los partidos, en los vestuarios, truena la música. Cada jugador tiene una canción y suenan aleatoriamente hasta que Valero toma la palabra. Entonces empieza lo serio y Julen se transforma. «Es alegre, pero cuando toca trabajar es el primero en ponerse», dice Parrondo. Entonces, ya no está para bromas.

Egipto, un rival más exigente para España

Tras el cómodo debut ante Argelia el pasado viernes, España vuelve hoy a la competición en el segundo partido, contra Egipto. «Ganaron a Serbia en un amistoso, pero lo que más sorprende es el resultado: 34-19. Son muchos goles a favor y buena defensa», analizaba Valero Rivera. «Ya les teníamos respeto porque hemos jugado muchas veces contra ellos, pero después de esto, todavía más», opina Aginagalde.