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Esa angustia de todos los derbis

Ronaldo, en el banquillo, durante la primera mitad.
Ronaldo, en el banquillo, durante la primera mitad.larazon

«Ellos juegan siempre a lo mismo: pelotazo arriba y segunda jugada», explicaba Marcelo después del partido sin saber cómo explicar que algo que todos ven, tantos problemas le crea al Real Madrid derbi tras derbi. Ancelotti seguramente tendrá pesadillas con Simeone porque cuando se enfrenta a él, la vida se le complica irremediablemente. Y no encuentra el modo de escapar de la telaraña que le presenta el rival ni de que no le hagan un gol de saque de esquina. «Hemos empezado bien, pero a balón parado han sido superiores», continuaba Marcelo. Ayer se enfrentaron por novena vez: habían ganado 3 partidos cada uno y habían empatado dos. El triunfo de los rojiblancos les puso en ventaja en esa estadística, mientras el técnico italiano sigue preguntándose qué hacer para vivir una tarde tranquila cuando llegan esos de la camiseta rojiblanca.

A veces consigue resolver el problema como sucedió en la final de la «Champions» y sólo una vez vivió en calma: el 3-0 de la ida de la Copa de la temporada pasada y, a veces, como ayer, no encuentra la tecla para hacer daño a un rival que perfecciona su estilo. «Nos ha faltado profundidad en general. Muchos pases laterales. El Atlético es un equipo que defiende muy junto y compacto y hay que encontrar mayor verticalidad», explicaba tras el partido.

El italiano quiso dar un respiro a Ronaldo, mientras que apuntalaba el centro del campo con el músculo de Khedira. «Me ha gustado mucho su partido», reconoció el técnico. Era lo mejor para evitar que el equipo se partiera. La idea era dominar la pelota y sentirse seguro atrás. La idea era no cometer fallos porque ya se sabía la lección de que los de Simeone no perdonan una duda. Y la idea era ser profundos: «Pero nos ha faltado eso para ganar».

El Madrid estuvo firme, sin excesiva brillantez, pero con un buen arranque en la primera mitad y también en la segunda. «Hemos luchado, corrido, éste es un campo muy difícil», decía Marcelo. Lo que no pudieron hacer fue deshacerse del pegajoso fútbol del contrario. No entendían que en un partido donde el Atlético estaba haciendo más faltas, hasta el minuto 56, los blancos llevaban tres amarillas por ninguna del rival, con Raúl García, enfrentándose a cualquier rival que se le cruzara por su camino.

El líder de la Liga terminó como suele en los derbis contemporáneos: en el área rival, con Marcelo y Carvajal casi de extremos y el equipo entre desesperado y embarullado. Buscando el gol con trompicones y sin mucha claridad. Esa angustia tan típica en los derbis, ese mal rato que no sabe cómo quitarse de encima. Queda la vuelta: «Vamos a intentarlo todo para ganar. No tenemos mucha posibilidades, pero vamos a jugar al máximo», dice Carlo.