Entrevista

Álvaro García: “Si tú ves a un entrenador que tiene una idea muy clara, te terminas creyendo lo que sea”

El delantero del Rayo Vallecano atiende a LA RAZÓN poco después de haberse convertido en el máximo goleador de la historia del club en Primera División

Alvaro Garcia of Rayo Vallecano looks on during the UEFA Conference League 2025/26 League Phase MD1 match between Rayo Vallecano and KF Shkendija at Estadio de Vallecas on October 2, 2025, in Madrid, Spain. AFP7 02/10/2025 ONLY FOR USE IN SPAIN
Álvaro García durante un partido entre el Rayo Vallecano contra el KF Shkendija de UEFA Conference League 2025/26AFP7 vía Europa PressEuropa Press

De sus ya más de cien años de historia, este es el segundo en el que el Rayo Vallecano juega competición europea. La pasada temporada, el equipo franjirrojo logró una memorable octava posición que le ha permitido alternar los fines de semana ligueros con una Conference League que cada jueves genera más ilusión entre la gente de Vallecas. Fue hace unas campañas cuando Álvaro García (Utrera, 1992) se convirtió en uno de los encargados de poner la primera piedra de este camino. El delantero había tenido un comienzo difícil en el Rayo y fue en 2021 cuando después de anotar uno de los goles en la final de playoff, lograba el regreso a Primera del club. Aquel momento, tal como reconoce en esta entrevista para LA RAZÓN, “fue quitarse una losa”. Sevillano de nacimiento, hoy es uno más del barrio, donde el pasado octubre logró convertirse en el máximo goleador de la historia del Rayo Vallecano en Primera División.

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Pregunta (P). ¿Qué tal la vuelta después del parón? Habíais tenido justo antes una semana muy intensa.

Respuesta (R). Pues intensa, como has dicho. Esta semana es la única que creo que tenemos sin partido entre semana y el míster ha aprovechado para meter un poco de entrenos más duros, de coger un poco más de carga y está siendo bastante dura.

P. ¿Qué hace Álvaro García cuando tiene días de descanso? Sé que a la que puedes te bajas para Utrera.

R. Sí, este parón me he ido para casa, que hemos tenido varios bautizos de familiares y demás. Normalmente, si no me voy para Sevilla, intento escaparme unos días con los niños, con mi mujer y desconectar un poco de la rutina, aunque estés cerca, pero cambiar un poco de aire.

P. ¿Cuántos días tarda un futbolista en recuperarse en partidos como el del otro día contra el Real Madrid, que son escenarios donde hay que presionar mucho, donde hay que ir mucho al espacio para atacar…?

R. Hemos tenido la suerte de que justo después de ese partido ha sido el parón de selecciones y es verdad que cuesta recuperar, porque es lo que tú has dicho, son partidos que normalmente contra Madrid y Barça son los que más kilómetros haces, los que a más alta intensidad corren y al final, cuesta recuperar. Pero hay que adaptarse a todo, esto no para y este año, por suerte, estamos en tres competiciones. Es lo que hay que hacer, es lo que demanda la situación y hay que recuperar lo más rápido posible.

Rayo Vallecano v Real Madrid C.F. - LaLiga EA Sports
Rayo Vallecano v Real Madrid C.F. - LaLiga EA SportsAFP7 vía Europa PressEuropa Press

P. Después del partido y lograr el punto, Íñigo dejó en rueda de prensa una valoración de poner el foco de lo logrado en vosotros, en los jugadores. ¿Cuánto peso hay en lo que se ve en el campo de Íñigo Pérez como entrenador?

R. Mucho. Es él quien nos ordena, es el que hace que no pensemos prácticamente porque nos lo da todo tan fácil durante la semana, nos lo explica tan bien cómo hay que ir, dónde, te da varias opciones por si ellos hacen cambio, por si cambian la manera de colocarse en el campo. Para el jugador es muy sencillo poder decir: ‘Este está aquí, tengo que ir allí; de aquí del mío, al otro’. Todo lo tenemos automatizado. Si no fuese por eso, dentro del ritmo que va el partido y el nivel que hay en Primera División, prácticamente no te daría tiempo ni a pensar ni a saber dónde tienes que ir. Si no lo has trabajado durante la semana, sería muy difícil.

P. ¿Un futbolista agradece más que su entrenador le guíe tanto o prefiere tener cuanta más libertad, mejor? ¿Hasta dónde llega la táctica y hasta dónde la libertad del jugador?

R. Son cosas diferentes. El tema de la presión, de nuestra presión, eso es como el míster quiere que lo hagamos. La presión la orientamos a un sitio, todos tenemos que ir al mismo sitio. Si eso no está trabajado… No es que tú tengas que tener esa libertad y decir: ‘Pues yo voy allí y ahora voy allí porque yo quiero’, no. De una manera defensiva, sí que tienes que estar como más secuenciado. ‘Tienes que ir aquí. Tú, allí. Tú, allí…’. Es verdad que después en ataque, sí que te da esa libertad. Trabajamos mucho la salida de balón y tenemos automatizadas bastantes cosas, pero después de medio campo para arriba, es libertad. Ahí no pone ningún límite, al revés: te dice que lo intentes, que si la pierdes, lo sigas intentando. Y eso es bueno, porque la faceta defensiva la tienes muy clara y después en ataque te da mucha libertad.

P. ¿Quién es Íñigo Pérez dentro del vestuario?

R. Para nosotros es un líder por la manera que tiene de relacionarse con nosotros, de hablarnos, de explicarnos. Si tú ves a un entrenador que tiene la idea muy clara, te terminas creyendo lo que sea. Si ves a un entrenador que duda, que te dice: ‘Bueno, esto sí, pero no sé si…’ terminas de no creértelo y no confiar. Íñigo es todo lo contrario, tiene mucha seguridad en lo que dice, coherencia en sus palabras y eso para nosotros es muy importante.

P. Tengo la sensación de que siempre has sido muy agradecido con tus entrenadores porque cuando hablas de un punto de inflexión en tu carrera, hace unos años, siempre mencionas el nombre de Álvaro Cervera.

R. Es el que me cambia toda la percepción de mi carrera. Yo estaba en Cádiz, que no jugaba. El año anterior había estado en Segunda con el Racing, pero terminamos descendiendo. Yo entonces pertenecía al Granada y cuando vuelvo de la cesión en Santander, no me dejan hacer pretemporada con el primer equipo. Tenía 22-23 años y era un punto chungo de mi carrera. Me voy al Cádiz en Segunda B y no juego. La primera vuelta juego ratillos, pero nunca termino siendo importante. Y cuando llega Álvaro Cervera en abril, cambia toda mi manera de ver el fútbol. Creo que es el primer entrenador que explotó mis cualidades físicas y ahí me di cuenta de que podía ser futbolista de verdad, profesional. Gracias a él, mi carrera se relanza.

"Nunca me había planteado poder llegar a ser el máximo goleador de la historia del Rayo en Primera"

P. ¿Y Andoni Iraola?

R. Andoni es el que me da el saltito a la élite. Sí, con Álvaro creo que puedo ser futbolista y que puedo vivir de esto, pero habíamos subido a Segunda División. Luego es verdad que me ficha el Rayo, en Primera, pero en mi primer año descendemos y tampoco me salen bien las cosas, el segundo tampoco terminan de ir bien. Y es entonces cuando llega Andoni. Estaba ya en Segunda, prácticamente en la élite, ascendemos con él y ahí veo que puedo ser un jugador de Primera División. Antes podía vivir de esto, pero ahí me doy cuenta de que gracias a él puedo explotar a un nivel máximo que yo nunca había imaginado que podía llegar.

P. ¿Es tan continuista el trabajo de Íñigo con el de Iraola como lo parece en el campo?

R. Sí, es muy parecido. En el tema de ejercicios, de explicaciones de presión, de todo… es igual. Al final, Íñigo ha sido segundo de Andoni. Iban de la mano, se conocían cuando jugaban en el Athletic Club y quieras o no, tienen muchas ideas parecidas. El fútbol entre ellos es muy parecido y se está viendo que ahora Andoni lo está haciendo increíble en la Premier League y a Íñigo le están saliendo muy bien las cosas aquí también.

P. En octubre te convertiste en el máximo goleador de la historia del Rayo Vallecano en Primera División.

R. Es algo que yo nunca me había planteado. Yo iba metiendo goles, pero nunca había imaginado que iba a llegar a esa cifra. Este año es verdad que todo el mundo me lo decía y me recordaba: ‘Bueno, te quedan no sé cuántos goles’. Una vez que empaté a Alberto Bueno, pues sí que era como en plan: ‘El próximo gol ya sé que voy a ser el máximo goleador del Rayo en Primera’ y fue muy bonito conseguirlo. Fue fuera de casa, que me hubiese gustado quizá haberlo hecho en Vallecas, pero bueno. El homenaje de después, para mí que estén mis niños conmigo, da igual lo que sea que si están ellos, va a ser siempre lo mejor del mundo y fue muy bonito estar ahí delante de toda la afición, con mi familia. Eso siempre se queda para mí.

P. En tu carrera, tengo la sensación de que, como decís en Andalucía, tienes duende con los goles en momentos importantes y en partidos especiales. Con el Rayo ya has tenido unos cuantos.

R. Lo hablaba justo con un amigo durante este parón en el pueblo y no sé por qué, pero siempre que hay algún momento importante del club desde que estoy, he tenido esa suerte de poder meter gol y no sé si será duende, suerte o que no paro de intentarlo, pero siempre estoy ahí en esos momentos y es precioso que un día te recuerden por esos goles.

P. En el último de ellos, el gol contra el Poznan, vaya control te salió. ¿Qué está suponiendo para ti jugar en Europa? ¿Qué es lo que se vive en Vallecas durante esas noches?

R. Se respira un ambiente superbonito. Para toda la afición y para nosotros, que la mayoría no hemos jugado Europa, es algo increíble poder estar ahí los jueves. Es verdad que es duro, están siendo meses duros, de muchos partidos, de viajes, de concentraciones... Pero bueno, creo que es un logro para el club y para nosotros. Yo que he jugado muchos años en Segunda, estar en una competición europea ganando partidos es algo muy bonito para nosotros y para cualquier jugador debe ser algo único.

P. Es tu octava temporada en el Rayo y es una muy especial. En alguna entrevista durante estos años, hablaste de que tu comienzo en Vallecas fue difícil: hubo un descenso, había cierto runrún en la grada porque venías de ser el fichaje más caro de la historia del Rayo Vallecano. ¿Se te viene a la cabeza esos momentos difíciles en temporadas como esta?

R. Si te digo la verdad, no lo pienso nada, no lo pienso nada porque lo he dejado atrás. Siempre que me han preguntado por esos momentos he dicho que después del ascenso en Girona me quité ese peso de encima, fue como quitarse una losa. Me salió un buen año y encima metí el gol de en el playoff. Fue como que lo malo se quedaba ahí. Después empezó a ir todo bien y es verdad que pienso atrás y digo: ‘Hostia, pues me ha costado un huevo llegar aquí, que la gente me quiera, porque es verdad que cuesta. Al principio venía, como tú has dicho, con el cartel de de fichaje más caro de la historia y creo que ese precio ya está olvidado por parte de la afición también y que piensan que le he dado mucho al club y ojalá poder seguir dando más y no parar.

P. Ahora que acabas de cumplir 33 años, y ya en otro punto de tu carrera, que eres padre de familia, que has hecho historia en este club, ¿qué es el Rayo Vallecano para ti?

R. Bueno, prácticamente, todo. Mi familia está muy feliz aquí, mis niños son del Rayo, mi niña va a cumplir dos años en enero y me canta canciones del Rayo. Ve el escudo del rayo y empieza: ‘¡Papi, papi! ¡Rayo!’. No sé, que tus niños te vean en el campo, te vean en los cromos, hablen con los niños de su cole o del equipo de fútbol en el que juega su padre… es superbonito. A mí el Rayo me ha dado todo, yo estoy muy agradecido con todos los equipos que he estado, pero nunca en ningún club había estado tantos años como aquí en Vallecas. Lo que se vive es un ambiente muy bonito, muy familiar. Los trabajadores, todo lo que rodea al club, el vestuario… somos una familia y es increíble todo lo que estamos viviendo. También es muy bonito ver a la gente feliz que está alrededor de ti, eso para nosotros es muy especial.

P. Debutaste en Primera con 20 años. Luego llegaste a Cádiz con 21 o 22 años bajo toda esa situación en Segunda B, aun con la ilusión que tenías esa ilusión por jugar en Primera División pero con ciertos momentos de duda sobre si llegarías. ¿Qué le dirías a un futbolista que estuviera pasando por unos momentos como tú a esa edad?

R. Tuve suerte de poder dar ese salto y, evidentemente, nunca perdí la ilusión. Cuando estaba en el Utrera con 17 o 18 años y me decían ‘venga, vente de fiesta’ y yo: ‘no, no me apetece, que juego mañana’. Me decían que para qué si ya no iba a llegar a ningún lado. Pero daba igual, yo al final estaba haciendo lo que me gustaba y lo que quería. Si te gusta, si estás haciendo algo que de verdad te divierte y que tienes pasión por ello, no pares de luchar. Nunca sabes el momento en el que te va a llegar la oportunidad. El fútbol es muy difícil y tienes que tener esa suerte de estar en el momento clave y en el sitio adecuado y si un día bajas, quizá ese sea en el que te estaban viendo o en el que te tocaba hacerlo bien. Hay que intentarlo siempre y no parar, que nunca sabes cuando puede llegarte algo en la vida.

P. ¿Quién es Álvaro García cuando llega a Utrera?

R. Una persona normal. Voy a ver a mi abuelo, voy a ver a mi padre, a mi niño es al que lo quiere ver toda la familia (risas). Intento quedar con mis amigos, lo típico que se hace siempre. Vas al pueblo y quieres pasar el rato con familia y con amigos.

P. En Utrera también nació José Antonio Reyes. ¿Allí era un ídolo para todos?

R. Imagino que para todos los niños de Utrera era prácticamente un ídolo. Él despuntó muchísimo en el Sevilla, se fue al Arsenal y allí estaba con Henry, con Fàbregas, con Vieira… Cada vez que venía Reyes al pueblo había niños alrededor de él. Era un jugador buenísimo, era un líder allí en el pueblo. Yo era muy parecido a él, él mucho más bueno que yo, evidentemente. En sus inicios era un jugador superrápido, muy vertical y se veía que iba a ser uno de los mejores futbolistas que había dado Utrera.

Si te digo la verdad, yo era muy tímido con él. Me lo he encontrado muchas veces, pero nunca le he pedido fotos. Al final, cada vez que iba al pueblo estaría harto de ver a gente, de echarse fotos con él. En el pueblo era uno más, nadie le agobiaba, nadie le decía cosas y tampoco iba yo a agobiarle, soy muy tímido y nunca he querido molestarle ni nada, pero es verdad que verlo cerca de ti era muy bonito.