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Messi marcó su gol número 13 en un derbi con el Espanyol y amplió su ventaja como máximo anotador en la historia de este tipo de partidos (el mítico César sumó 11). Además, logró el tanto número 50 este curso: 36 en Liga, 8 en la Liga de Campeones, 3 en la Copa y 3 con la selección argentina. Pero para explicar al Leo de la temporada 2014/15 hay que mirar mucho más allá de los goles. El «10» ya no es un falso nueve. Ni siquiera es un extremo derecho, posición desde la que suele partir. El Messi actual es más un centrocampista, al que se entiende tanto desde el pase como desde la finalización. En los primeros 15 minutos en Cornellà dio toda una exhibición desde esa posición más retrasada. A los pocos minutos del comienzo se asoció con Neymar para que Casilla evitara la primera ocasión. Después fue Jordi Alba el que corrió al espacio en busca de un centro del diez que terminó con un cabezazo de Luis Suárez y un nuevo lucimiento del portero. A continuación, de nuevo Ney estuvo cerca de aprovechar un pase filtrado del argentino, milimétrico, pero su toque con la punta de la bota se marchó por encima del larguero por poco. Por fin, a los 17 minutos, su envío a Alba culminó con el tanto del brasileño. Difícil acumular más pases peligrosos en menos tiempo. «Hablar de Messi es hablar de un futbolista superlativo. Tenemos suerte de que juegue en nuestra Liga. Hoy, la menor suerte, porque ha jugado en contra, pero es un fuera de serie», admitió Sergio, el entrenador del Espanyol.

Más comprometido en la presión que en el irregular año pasado, Messi pisa más el centro del campo que el área (ver zona de influencia en la página de al lado) y es uno de los socios principales del equipo. Ante el Espanyol fue el cuarto que más pases dio (73), por detrás de Busquets (76), Alves (77) e Iniesta (93), que volvió a firmar una tarde excelente, como «Busi». En este tramo final de la Liga los centrocampistas están recuperando el protagonismo. «En la primera parte hemos dominado todos los factores de un partido: mucho balón en campo contrario, buena presión, gran circulación buscando el gol...», reconoció Luis Enrique, que, como todo el año, siguió con su pensamiento habitual, pese a que el calendario más cercano le sonría: «Que sea asequible o difícil tienes que demostrarlo en cada jornada. La actitud sigue siendo la misma». Una variante del «partido a partido» de Simeone.