Fútbol

Betis - Real Madrid (1-1): Ruibal empata a Bellingham

Un golazo de Ruibal igualó el tanto anterior que había marcado Bellingham, en un encuentro muy igualado entre Betis y Real Madrid

SEVILLA, 09/12/2023.- El centrocampista del Betis Sergi Altamira (c) con el balón ante los jugadores del Real Madrid, David Alaba, Luka Modric y Toni Kroos, durante el partido de la Jornada 16 de LaLiga que Betis y Real Madrid disputan este sábado en el estadio Benito Villamarín de Sevilla. EFE/ Julio Muñoz
Betis - Real Madrid, partido de LaLigaJulio MuñozAgencia EFE

Pudo ganar el Real Madrid y pudo ganar también el Betis, en un encuentro muy igualado, dominado a rachas por los dos equipos, aunque dio la impresión que se le hizo demasiado largo al equipo de Ancelotti, que no supo cerrarlo cuando por fin Bellingham lo puso a su favor en la segunda mitad.

No fue suficiente el gol de todos los días del inglés, un futbolista que no tiene techo y del que asegurar que su racha goleadora va a terminar en algún momento empieza a ser una apuesta arriesgada. No es un nueve, no es un goleador, no llegó para hacer esto, se dice en este comienzo de temporada, para evitar una probable decepción si en un par de encuentros no mete goles, pero, mientras, sus actos, es decir, sus goles van desmitiendo todas sus palabras: da igual que el gol no el motivo principal para ser fichado, pues sus números en Alemania están muy lejos de lo que está haciendo con el Real Madrid, porque esos tantos están dando mucho juego al equipo blanco muchos puntos. Aunque contra el Betis sólo fue uno.

Fue un empate justo. No por nada el equipo de Pellegrini sigue con su racha de no perder en su campo. Es un grupo de jugadores que siempre da la cara, que tiene en Chadi a un muro defensivo y a Isco en un futbolista renacido. Y en Ruibal a un cañonero espectacular. Marcó el tanto del empate con un trallazo espectacular, desde lejos del área, al que no pudo llegar Lunin. El portero de Ucrania fue titular de manera inesperada. O es que Ancelotti se ha arrepentido de sus palabras, en las que dio por seguro que Kepa volvía para este encuentro, o es que estaba jugando con los periodistas o es que las actuaciones de Lunin le han hecho cambiar de opinión. Queda para el debate si en el trallazo de Ruibal, ese balón que sube y baja, puede hacer algo más. Si el tanto de Bellingham había sido una pieza de orfebrería: la pared con Brahim, el balón que baja con el pecho y el toque con el interior del pie, lo de Ruibal fue un desmelene, un tiro desde muy lejos, en parte propiciado por la defensa blanca. Los centrales se achicaron en el área y los centrocampistas ya no daban para más.

Ancelotti había dibujado un centro del campo hecho más para dominar y atacar que para defender y puede que el Real Madrid lo acabase pagando. Pero es que tampoco tiene muchos más el entrenador italiano: acabó el partido quitando a Toni Kroos por Nico Paz, para ver si volvía a estar afortunado el canterano, pero no tuvo tiempo.

Pese a que el centro del campo del Madrid vuelve a ser el de toda la vida, Ancelotti no quiere que Modric se de palizas: se las tiene que dar Fede Valverde, que juega ahora como acompañante de Kroos, mientras que el croata se sitúa algo más arriba. Para cerrar, Brahim y Bellingham se pegaban a las bandas. Todo fue bien en el Real Madrid cuando tuvo la pelota y sobre todo cuando encontró a Rodrygo, muy inspirado en casi todo, menos en el gol. El brasileño recordó a Ronaldo Nazario con sus arrancadas, dejando atrás defensas con una facilidad que alarmó al Betis. Pero fue intermitente, como el juego de su equipo, y le faltó algo de serenidad cuando se acercó a la portería.

Así, el Real Madrid empezó a lo grande, con el balón, con la posición,con Rodrygo y en el campo contrario. Tenía la pelota y el partido, aunque no el gol. Sin embargo, el paso de los minutos no les sentaron bien a los de Ancelotti. Fue una situación parecida a lo que sucedió en la segunda mitad. El buen arranque del Madrid se fue apagando mientras el Betis despertaba. Es un buen equipo el de Pellegrini, que sabe resistir en los malos momentos y hacer daño cuando tiene el momento.

Sabía el Real Madrid que llegaba a una plaza complicada y por eso puede lamentar no haber defendido mejor el gol con el que Bellingham acercaba los tres puntos. Quizá le pudo el cansancio o cierto desorden. Después, sin embargo, dio por bueno el empate: un remate de cabeza de Isco (lo que le faltaba, rematar también de cabeza) se fue abriendo hasta dar con el palo, cuando el partido se terminaba. Respondió Rodrygo en una jugada que remató Joselu y que se marchó fuera por poco.

No hubo tiempo para más. El empate dejó a todo el mundo más o menos satisfecho.