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Con buen pronóstico

El análisis. Hay que inmovilizar la articulación entre seis y ocho semanas con una rodillera que permita flexionar

La Razón
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Los ligamentos de la rodilla pueden ser de dos tipos: acintados (con forma de cinta) o cordonales. El ligamento lateral interno es un ligamento acintado que está situado en la cara interior de la articulación, es ancho y está unido en su tercio medio al menisco interno, un dato muy importante para el pronóstico y el tratamiento de la lesión. El tratamiento quirúrgico queda reservado en la actualidad únicamente a lesiones muy importantes del ligamento o a procesos crónicos. Normalmente se trata ortopédicamente, es decir, sin cirugía. El pronóstico depende del tanto por ciento de fibras dañadas y de que este daño se pueda producir en la zona de unión con el menisco, lo que produciría una lesión mucho más grave.

El ligamento lateral interno es la primera barrera de defensa de la rodilla en su cara interna. Su tratamiento debe ser exhaustivo y contundente de cara a conseguir que restablezca toda su integridad. De quedar laxitud, holgura en el ligamento, podrían dañarse estructuras intraarticulares muy importantes. En cambio, si se sufre una lesión aislada del ligamento lateral interno es una lesión de buen pronóstico.