El Mundial de 2014 empieza hoy

España lo ha ganado casi todo en los últimos cinco años, pero aún le quedan cuentas pendientes: nunca ha ganado la Copa Confederaciones y nunca ha disputado una final contra Brasil. En la Confederaciones de 2009, cuando se esperaba el primer asalto de un duelo que debía prolongarse un año después en el Mundial, falló España. «La Roja» se estrelló en las semifinales contra Estados Unidos. Un año después fue Brasil la que no cumplió al perder en cuartos de final contra Holanda.

Brasil y España, la eterna campeona del mundo y la campeona actual, tienen otra oportunidad para encontrarse. Y eso es lo que espera Neymar. «Me encantaría una final contra España, es un sueño para mí», dice la nueva estrella del Barcelona. El brasileño ha elegido el número 10 para jugar la Copa, el número que adornó las camisetas de Pelé, Zico o Rivaldo, el número de los grandes.

Brasil, la anfitriona, estrena hoy el campeonato ante Japón y los japoneses nunca parecieron tan capaces de poder competir con los pentacampeones del mundo. «Tiene muchas probabilidades de ser uno de los duelos más reñidos de la historia entre estos dos equipos. Por la progresión de los japoneses, que es cada vez mayor, con más y más jugadores en Europa, y por la etapa que atraviesa hoy Brasil, aún en busca de la estructura y la formación ideales», analiza Zico en fifa.com. La antigua estrella de la selección brasileña terminó su carrera en Japón, donde se convirtió en una especie de embajador del fútbol. Después fue seleccionador y sigue siendo la referencia futbolística para los japoneses. Brasil comparte con España la condición de favorita, pero «La Roja» tiene la ventaja del partido contra Tahití, que podrá tomarse como «descanso». Los tahitianos llegan a la Confederaciones como campeones de Oceanía. Desde que Australia pidió el traslado a la Confederación Asiática para tener más posibilidades de disputar el Mundial, la competencia en el grupo oceánico parecía escasa para Nueva Zelanda, pero Tahití sorprendió en el campeonato continental. En la anterior edición, España goleó a los neozelandeses (5-0) con tres tantos de Fernando Torres. Después, en el Mundial, Nueva Zelanda complicó la vida a Italia, que se quedó fuera en la primera fase.

Aunque el grupo de Brasil es más fuerte, con Italia, México y Japón, el de España parece más animado en los días previos al debut. A la curiosidad de jugar contra Tahití se añade la huelga de los jugadores de Nigeria. Los internacionales nigerianos reclaman unas primas pendientes a su Federación y se negaron el jueves a viajar hasta Brasil. La FIFA, sin embargo, aseguró que el viaje se efectuará hoy con totales garantías. Nigeria es, junto a Dinamarca, una de las selecciones que nunca ha perdido en esta competición. Una anécdota para un equipo que sigue liderado por John Obi Mikel ante la ausencia por lesión de su compañero en el Chelsea Moses.

Uruguay completa el grupo de España. Semifinalista en el pasado Mundial y campeón de América, el equipo uruguayo intenta encontrar acomodo a las generaciones del presente, que encabezan Luis Suárez y Cavani, con los veteranos como Forlán y Lugano. Sin embargo, Uruguay no viaja cómoda en el grupo de clasificación para el Mundial del próximo año. Su preparación ha sido disputar dos partidos de clasificación que le acercaron un poco más a Brasil 2014 después de su victoria ante Venezuela.

La Confederaciones reúne a todos los campeones continentales, el campeón del mundo y el equipo anfitrión. Pero España «invita» a Italia, que hereda el puesto como campeona de Europa ante la acumulación de trofeos de «La Roja». Prandelli, el seleccionador, mantiene la confianza en Balotelli. Fue el jugador del Milan el que la llevó hasta la final de la pasada Eurocopa, donde ya no pudo hacer nada ante el juego de España.

«La Roja» intentará prolongar su buen momento, aunque sin traumas. Vicente del Bosque ha destacado en los últimos días la importancia de la pasada edición para adaptarse a Sudáfrica durante el Mundial. «Sirve para conocer los estadios, el clima, la gente...», explica el seleccionador. Para Del Bosque tiene más importancia la Copa Confederaciones como aprendizaje que como fin en sí mismo.

Como ocurre en todos los campeonatos, España llega con dudas. Ahora, el debate es la portería. Valdés o Casillas. «Desde la primera lista de Sudáfrica en la que el míster me llamó, me sentí como el niño más feliz del mundo por pisar la Selección. Nunca había tenido ese privilegio. Hoy siento las mismas sensaciones», dice el portero del Barça. Así es más sencillo para todos.

México espera su oportunidad

Sólo dos de los ocho clasificados han ganado el torneo con anterioridad. Nadie lo ha ganado en más ocasiones que Brasil, que lo ha conseguido tres veces. El otro campeón es México, que acude escondido entre el favoritismo de Brasil e Italia en su grupo, pero dispuesto a dar la sorpresa. México dio las primeras muestras de su progresión con el triunfo en el Mundial sub'17 de 2005 disputado en Perú. Aquella generación liderada por Giovanni dos Santos y Carlos Vela fue la primera selección mexicana que ganó un campeonato del mundo en cualquier categoría. Ahora, México vuelve a ser campeón del mundo sub'17 y campeón olímpico, pero quiere demostrar que le ha llegado ya la hora de ser grande también entre los mayores. México ganó la Copa Confederaciones en 1999, cuando todavía se disputaba cada dos años y se jugaba aún en Arabia Saudí. La competición, que nació como Copa del Rey Fahd –era un invento del monarca saudí–, todavía no ha superado la maldición de los campeones. Nunca ha ganado el Mundial el equipo que ganó la Confederaciones el año anterior. España lucha contra esa maldición. Ya consiguió el año pasado encadenar tres títulos consecutivos, dos Eurocopas y un Mundial, algo que nadie había logrado.