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Bale enciende la chispa

El jugador galés del Real Madrid Gareth Bale celebra su segundo gol ante el Leganés
El jugador galés del Real Madrid Gareth Bale celebra su segundo gol ante el Leganéslarazon

Sin experimentos, con tres centrocampistas y con Morata por el lesionado Benzema, al Madrid le faltó lo que le falta casi todos los días: juego interior y desequilibrio en los tres cuartos de campo.

Llega el Madrid al parón de la Liga y a uno de sus momentos decisivos tras 28 partidos sin perder y como líder de la Liga. Después de derrotar al Leganés, ahora se para el campeonato y a la vuelta le espera el Atlético, el Sporting y el Barcelona en Liga; el Sporting de Portugal y el Borussia en Champions. La hora de la verdad para un equipo que no pierde, pero al que hay que ver en choques de alta exigencia. Porque para el encuentro contra el Leganés no necesitó el conjunto de Zidane demasiado esfuerzo. Jugó con mucha calma a la espera que se encendiera la chispa que decidiese el choque: la encendió Bale, con un buen desmarque en el primer tanto y una punterita de delantero centro en el segundo, justo antes de que acabase una primera parte sin ritmo y fría, tanto en el ambiente como en el campo.

Apenas tiró a puerta el Madrid y ni se acercó el Leganés a la portería de Navas, que sólo tuvo que hacer un par de paradas en la segunda parte. Acabó el Madrid con la portería a cero, lo que es noticia y puede estar tranquilo el guardameta de Costa Rica, al que se está mirando con lupa estos días. El Leganés estuvo muy ordenado, pero también muy inofensivo. Más que el rival fue la actuación de Mateu Lahoz la que desconcertó a la grada del Bernabéu. Permisivo con las faltas y muy veloz con las tarjetas, el colegiado no se complicó más la vida porque el partido no dio más de sí. Pero a veces da la impresión de que el estilo Mateu se ha convertido en su caricatura.

Sin experimentos, con tres centrocampistas y con Morata por el lesionado Benzema, al Madrid le faltó lo que le falta casi todos los días: juego interior y desequilibrio en los tres cuartos de campo. A los de arriba el cuerpo les pide correr y en cuanto intentan un desmarque, a los de atrás le parece que lo más fácil, el pase lejano, es la mejor opción: y no lo es porque son los centrales los que tiene ventaja. Pasó el partido sin noticias de Morata, perdido en una guerra por las patadas que recibió y que el colegiado ignoró. No es justo juzgar al canterano cada partido que juega, pero resulta más efectivo en la efervescencia que en la rutina de un partido entero. Al final, acabó marcando en una buena jugada y se fue satisfecho. No lo hizo Ronaldo, que no termina de encontrar la regularidad.

El partido estaba tedioso, sin nada que lo alterara hasta que Bale en vez de jugar tan arriba, se escondió un poco para que los centrales le perdiesen la pista y tiró un desmarque largo a la adelantada defensa del Leganés. Isco, el único que puede ver huecos en este equipo, le puso el balón perfecto y la poca emoción que podía existir se diluyó.

Bale volvió a marcar y la segunda parte fue un paseo dominical, bajo el sol y el frío, con minutos para Modric y también para James. El Madrid ganó y descansa. Los resultados son buenas, las sensaciones invitan a un optimismo prudente. Serán los hechos, los partidos que vienen los que determinen de qué pasta está hecho este equipo.