Lisboa
«En la maleta, la camiseta y la sudadera del Madrid»
Cuando fue a París, hace 14 años, a ver esa mítica carrera de Raúl para hacer el tercer gol contra el Valencia, Enrique Herranz se subió en un autobús la noche antes sin conocer a los otros aficionados madridistas, llegó a la Ciudad de la Luz, solo, dio vueltas con nervios y queriendo que corriese el tiempo, casi sin ganas de ver las maravillas de la capital de Francia, y después entró en el estadio para ver cómo el Real Madrid conseguía la Octava. Cuando acabó el partido, se metió en el autobús y la mañana siguiente amaneció en Madrid, tan agotado como orgulloso.
Han pasado 14 años, Enrique ya tiene 55 y pocas ganas de meterse una paliza como esa. Hoy después de comer y tras terminar de trabajar en su empresa de seguros, su amigo y el padre de su amigo (83 años, que viaja sin entrada con la única intención de ver el ambiente y acompañar a su hijo) cogen el coche y se marchan a Badajoz para dormir allí esta noche. «Pago 100 euros cada noche», cuenta Enrique. Otro compañero había reservado antes y como no le tocó la entrada, se la pasó. Si no, le hubiese salido mucho más caro. También en la frontera española han subido los precios.
Por la mañana salen hacia Lisboa. Tras el choque, otra vez a Badajoz a dormir, esperan que felices. Lo único que le preocupa a Enrique es que su amigo pone el coche y decide la música. El resto está bien, es optimista y está preparando la maleta: «No faltan la camiseta y la sudadera del Madrid» y guarda con cuidado la entrada que le tocó en el sorteo de la peña: «Me llaman los reventas para comprármela por precios disparatados». No la va a vender. Es mucho tiempo esperando una final. Se hizo socio en 1990: «Cuando mi situación económica me permitió pagarme el abono», admite. Cumplió su gran sueño. Mañana espera que se cumpla el otro: «Si jugamos como equipo, como contra el Bayern, seguro que ganamos», dice. «Si perdemos tendremos que aguantar a los del Atlético todo el año».
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