El Inter Miami cuenta los días para su histórico debut en el Mundial de Clubes 2025, el próximo 14 de junio ante el Al Ahly de Egipto, en el partido inaugural del Grupo A, que también integran el FC Porto y el Palmeiras.

Será el estreno del club de Florida en el renovado formato del torneo de la FIFA con 32 equipos, y lo hará con una constelación de estrellas liderada por Leo Messi, Luis Suárez, Sergio Busquets y Jordi Alba. Sin embargo, desde el banquillo, Javier Mascherano intenta mantener los pies en la tierra.

Una goleada que alimenta la ilusión en el Inter de Miami

El conjunto dirigido por el argentino llega con confianza tras golear 5-1 al Columbus Crew en la MLS, en un partido donde Messi firmó dos goles y dos asistencias, demostrando que está en plena forma. En lo que va de temporada, el astro rosarino ha sido determinante y ha contagiado de competitividad a un equipo que, pese a sus limitaciones, ha mostrado una mejoría notable en las últimas semanas.

“Ganar y ganar de esta manera nos da confianza. Demuestra que, si somos valientes, podemos jugarle de igual a igual a cualquiera”, comentó Mascherano tras la victoria. Pero no tardó en matizar su entusiasmo.

Mascherano: “Hay que ser sinceros, no tenemos ese nivel”

El técnico argentino ha adoptado un discurso realista y prudente sobre las opciones del Inter Miami en un torneo que reunirá a los mejores clubes de cada confederación. “El Mundial de Clubes tendrá mucho nivel. Claramente, un nivel que nosotros no tenemos. Hay que ser sinceros, no pasa nada por decirlo”, afirmó el exjugador del Barcelona y la selección argentina.

Aunque valoró el mérito de haber clasificado, recordó que el billete al Mundial se logró gracias al trabajo del equipo la pasada temporada bajo las órdenes del ‘Tata’ Martino, tras conquistar la Supporters’ Shield. Ahora, en un escenario completamente distinto, Mascherano no quiere crear expectativas irreales: “Tenemos la oportunidad de jugarlo, y eso ya es mucho. Pero no somos favoritos ni mucho menos.”

Al Ahly, un rival que no debe subestimarse

Inter Miami debutará ante el Al Ahly, campeón africano, un club con tradición y experiencia en torneos FIFA. Para Mascherano, pensar que el equipo egipcio será un rival menor es un error. “Incluso el Al Ahly, que todo el mundo piensa que es débil, es un equipo muy trabajado y con jerarquía internacional”, señaló.

El entrenador advierte que, más allá de los nombres de su plantilla, el conjunto estadounidense deberá hacer un esfuerzo táctico y físico extraordinario para competir. “Vamos a tratar de ser nosotros mismos, de jugar con nuestras armas y sin temor a equivocarnos”, añadió.

Messi y la esperanza de lo imposible

Pese al mensaje prudente del cuerpo técnico, es difícil contener la euforia en Miami. El estado de forma de Leo Messi ha desatado una nueva ola de optimismo entre los aficionados, que sueñan con ver al argentino levantando un nuevo trofeo internacional. En su última actuación, el campeón del mundo ofreció un recital de clase, eficacia y liderazgo. Su presencia en el campo parece cambiar por completo la dinámica del equipo.

Junto a Messi, la sociedad con Suárez y la solidez que aportan Busquets y Alba dan motivos para creer. Además, jóvenes como Benjamin Cremaschi y el ecuatoriano Leo Campana han mostrado personalidad y crecimiento, completando un plantel que, aunque corto en profundidad, puede ser competitivo en partidos únicos.

Seis partidos más antes del Mundial de Clubes 2025

Antes de centrarse en su participación mundialista, Inter Miami debe afrontar seis compromisos más en la MLS. El calendario es exigente, pero servirá como preparación ideal para llegar con ritmo y confianza al torneo. La gestión de esfuerzos, especialmente en jugadores veteranos como Messi y Suárez, será clave para evitar contratiempos físicos.

El Inter Miami se enfrenta a uno de los mayores retos de su corta historia. Con una plantilla de lujo, pero también con limitaciones estructurales frente a gigantes como Palmeiras, Porto o incluso Al Ahly, el equipo rosa tiene poco que perder y mucho que ganar.

Mascherano lo sabe y por eso insiste en el mensaje de humildad, mientras que la afición sueña con lo imposible: que Messi vuelva a hacer magia y lleve al club a lo más alto del fútbol mundial.