Lleva seis partidos consecutivos siendo titular en Liga y está respondiendo con rendimiento de crack

Hace poco más de un mes, Isco dejaba abierta su puerta de salida del Real Madrid: «Lo que quiere un futbolista es progresar. Si aquí no puedo, no tendría problema en buscar una salida. Eso sí, no me voy a rendir tan fácilmente». Y no lo ha hecho. No partió como titular esta temporada, pero gracias a las lesiones de Casemiro, Modric o Kroos, el malagueño lleva seis titularidades consecutivas en Liga (aunque en Champions no ha debutado) y las está aprovechando. Atrás ha quedado ese jugador desmotivado, que ralentizaba el juego, perdía demasiados balones y no marcaba la diferencia en los metros finales. En los últimos encuentros se ha vuelto a ver al Isco que desequilibra cerca del área, que elimina líneas del rival y que levanta gritos de asombro en la grada con sus diabluras.

- En racha

Hay un antes y un después de su partido ante el Betis en el Benito Villamarín, donde firma dos goles y fue el madridista que más kilómetros recorrió, como en Vitoria. También dio asistencias ante Athletic y Leganés y recientemente le cambió la cara a España en Wembley, con el gol del empate incluido. Pero la guinda a su excepcional momento de forma la puso con un partidazo en el Calderón, dinamitando al Atlético. Firmó un 92% de acierto en el pase (una barbaridad para un atacante). Recuperó siete balones, dejó tres regates (uno maravilloso a Savic) e incluso se llevó dos disputas aéreas ante el propio Savic y ante Juanfran.

- Su mejor versión

Ha vuelto el Isco implicado, decisivo con el balón en los pies, trabajador, sonriente y modélico en sus declaraciones. El que quiere el madridismo, que tantas veces ha coreado su nombre en el Santiago Bernabéu. El que va encontrando su sitio en el Real Madrid y que está convenciendo plenamente a Zidane. El Isco que, a este paso, terminará ganándose la renovación.