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Copa del Rey

El Barça recurre a Dembélé para evitar el sonrojo ante el Linares (1-2)

El Linares se puso por delante y Xavi tuvo que sacar a Dembélé, De Jong, que se lesionó, y Piqué para dar la vuelta al resultado

Fran Carnicer y Alves pelean por un balón
Fran Carnicer y Alves pelean por un balónJosé Manuel PedrosaAgencia EFE

Los sudores le duraron un rato largo al Barcelona ante el Linares. Esta Copa a partido único tiene emoción desde la primera eliminatoria y los «grandes» se tienen que andar con mucho cuidado. Por si no lo sabía, lo supo el Barcelona pasado el cuarto de hora, cuando Hugo Díaz remató un balón de cabeza fatalmente defendido por los centrales azulgrana. Eran tres: Mingueza, Eric García y Araujo, y no se enteraron, uno por otro y acabó rematando el delantero del equipo de Primera RFEF (antigua Segunda B). El Municipal de Linarejo se convirtió en una fiesta que todavía duraría muchos minutos. Porque el Barça estaba siendo superior, pero no concretaba, y el Linares salía de vez en cuando.

Tan mal lo vio Xavi que no esperó nada para hacer cambios, una demostración de que esta Copa le interesa. Al descanso, Piqué (por unas molestias de Araujo), Dembélé y Frenkie de Jong salieron al campo en busca de soluciones. Le costó cara la apuesta al entrenador azulgrana, ya que el centrocampista neerlandés sufrió una lesión muscular y no pudo acabar el encuentro. Pero también le funcionó porque Dembélé encontró la solución. El extremo es un quebradero de cabeza para los rivales y para su propio club. Quieren renovarlo a la baja y se resiste y juega al despiste desde hace meses. Pero la realidad es que ahora mismo es el futbolista más desequilibrante de la plantilla, al menos de los sanos, a la espera de Ansu Fati. La primera vez que logró sortear a su marcador, generarse espacio y disparar, llegó el gol, con la colaboración del portero Razak, que tuvo manos blandas.

El empate era un alivio para un equipo que anda justo de moral. La va recuperando, pero un tropiezo ante un rival dos categorías por debajo hubiera sido un golpe. Le costó entrar en juego a Dembélé, protestón por las faltas que le hacían, pero cuando lo consiguió llegó el gol.

La reacción del Linares no pudo ser mejor. Muy bravo. Se podía intuir que con el paso de los minutos el cansancio iba a aparecer, pero pasó al revés: con el empate jugó mejor, más ofensivo, más valiente, que con el marcador a favor. Se fue arriba y le anularon un gol y tiró una al palo, en un disparo de Carracedo. Esto último sucedió ya cuando el Barcelona había dado la vuelta del todo al marcador, en un disparo marca de la casa de Jutglà, que con espacios es un futbolista interesante y cuando tiene sitio su chut con efecto lleva veneno. El susto no se le pasó al Barcelona hasta el final. El encuentro entró en un ida y vuelta que no supo sentenciar, ni siquiera Dembélé, que se estrelló en el larguero en su mejor acción.

Los balones colgados del Linares eran una amenaza, pero logró sobrevivir este Barcelona en el que redebutó Dani Alves. Al brasileño se le notó que lleva muchos meses sin jugar un partido oficial. Actuó más de interior que de lateral, sin demasiado protagonismo, aunque con mucho trabajo para hacer ayudas en defensa.