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Cádiz - Barcelona (0-4): susto en la grada y goles en el césped

El partido se paró media hora porque un aficionado sufrió un problema cardiaco. Xavi rotó pensando en Múnich. Marcaron De Jong, Lewandowski, Ansu Fati y Dembélé

Los jugadores del Barcelona y el Cádiz esperan en el césped, preocupados por lo que sucede en la grada
Los jugadores del Barcelona y el Cádiz esperan en el césped, preocupados por lo que sucede en la gradaRomán RíosAgencia EFE

Durante muchos minutos, el fútbol dejó de ser importante en el Nuevo Mirandilla. Cuando faltaba poco para el final del encuentro entre el Cádiz y el Barcelona, hubo un murmullo en la grada y todas las miradas se dirigieron a una zona. Un aficionado estaba teniendo un problema de salud grave, el balón quedó a un lado y el partido se suspendió. Todo el mundo se puso a remar en la misma dirección. La imagen más poderosa fue la de Ledesma, el portero del Cádiz, corriendo por el césped con un desfibrilador en la mano para que intentaran reanimar al espectador. Los médicos de ambos clubes fueron a socorrerlo, Araujo rezaba de rodillas en el césped, Mbaye y Ter Stegen se tapaban la cara con las manos. Los gestos de angustia se multiplicaban y el estadio quedó en silencio. Los jugadores terminaron marchándose a los vestuarios esperando una conclusión feliz. Fue media hora de parón. Al aficionado se lo terminaron llevando al hospital y el presidente del Cádiz, Manuel Vizcaino, confirmó que «con pulso». «Se reanimaba, se volvía a caer, pero al final han conseguido estabilizarlo», explicó en la «Cope».

El partido se reanudó y el Barça vivió un último cuarto de hora tranquilo, pero no siempre fue así. Cuando Lewandowski, Pedri y Dembélé estaban recibiendo instrucciones para salir al campo, llegó el gol de Frenkie de Jong. No quería esperar más Xavi para sacar a sus futbolistas más importantes al ver que el duelo se le complicaba. El Cádiz estaba haciendo una fantástica labor defensiva, minimizando a un equipo que llegaba pleno de confianza y al que su entrenador dio una vuelta completa en su alineación porque el martes espera el Bayern en Múnich. A las novedades en ataque y en el medio se unió la presencia de Piqué como titular y el estreno de Bellerín en el lateral derecho.

Fue el equipo andaluz el primero en amenazar en una acción de Sobrino que era clara, pero le faltó fe. Ya es costumbre que los barcelonistas no salgan muy concentrados y suelen recibir una ocasión nada más empezar. Pero se fueron mejorando para, al menos, dominar, aunque les costaba acercarse al gol. Tiró al palo Raphinha y era peligroso Gavi cuando se colaba entre líneas, cuando podía, no muchas veces. Así fue como consiguió desarbolar la defensa amarilla antes del triple cambio. Llegó el canterano a la línea de fondo y centró. Ledesma despejó y el rechace se quedó franco para que De Jong sólo tuviera que empujar la pelota sin oposición y sonreír.

Era el comienzo de la segunda mitad y el tanto no cambió la idea de Xavi: Pedri, Dembélé y Lewandowski entraron igualmente, para que el polaco siga sumando, porque a los diez minutos de estar en el césped marcó en una acción similar a la del primer gol, en un balón que se quedó suelto.

El Cádiz se vino abajo y también su afición, animosa durante la mayoría del encuentro pese a que la situación del equipo es delicada: sin puntos y sin goles en lo que va de Liga. Le faltó más presencia en ataque, pese a su buena labor defensiva. A Xavi le dio tiempo ha hacer debutar al que faltaba: Marcos Alonso.

Cuando el duelo se reanudó después del incidente, Lewandowski asistió a Ansu Fati y Dembélé marcó el cuarto en una acción individual. Tiene pólvora este Barça.

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