Sorpresa en la final del Mundial de Clubes entre el Chelsea y el PSG. El equipo inglés, que llevaba marcado la palabra perdedor firmó una actuación memorable en el MetLife Stadium de New Jersey y se impuso con un rotundo 3-0 al equipo de Luis Enrique dejando sin respuesta a los parisinos y poniendo de mal humor al entrenador español, que acabó el partido golpeando a un futbolista rival, a Joao Pedro.

Cole Palmer: el héroe de la noche

El nombre propio de la final es, sin discusión, el de Cole Palmer. El joven mediapunta inglés firmó una actuación descomunal: anotó dos goles y asistió en el tercero, siendo el motor y el cerebro de un Chelsea que desarboló táctica y anímicamente al PSG. La exhibición de Palmer fue tan abrumadora que eclipsó a todas las figuras del PSG. Su movilidad, inteligencia y capacidad para decidir en los metros finales lo consagran como una de las grandes revelaciones del fútbol europeo en el último año.

Dominio absoluto del Chelsea

El Chelsea no solo ganó en el marcador, sino que fue superior en todos los aspectos del juego, desde la presión sión alta y transiciones rápidas, hasta la solidez defensiva, con Robert Sánchez, el portero español, siendo decisivo con varias atajadas clave que evitaron cualquier atisbo de reacción del PSG. Además, fue muy efectivo. Cada llegada del Chelsea era sinónimo de peligro. La contundencia de Palmer y Joao Pedro marcó la diferencia ante una defensa parisina desbordada y sin respuestas.

El PSG, por su parte, fue una sombra de sí mismo. Luis Enrique no encontró soluciones ni desde el banquillo ni en el campo. El equipo francés, que había arrasado en semifinales al Real Madrid, se vio superado física y mentalmente, incapaz de frenar el vendaval blue.

Un final caliente y la polémica de Luis Enrique

Si el partido fue un monólogo futbolístico del Chelsea, el cierre estuvo marcado por la tensión y la polémica. Con el marcador ya definido y la frustración acumulándose en las filas parisinas, el ambiente se fue caldeando en los últimos minutos.

Así, al sonar el pitido final, varios jugadores de ambos equipos se enzarzaron en una trifulca en el centro del campo. Los ánimos, exacerbados por la impotencia del PSG y la euforia del Chelsea, derivaron en empujones, gritos y una imagen caótica antes la ceremonia de premios.

Luis Enrique fue quien perdió pierde los papeles. En medio de la confusión, el entrenador del PSG, visiblemente alterado, saltó hasta el centro del campo protagonizó el episodio más grave: agredió físicamente a Joao Pedro, autor del tercer gol blue. El técnico español, que durante el partido ya había mostrado signos de nerviosismo, cruzó la línea y desató la indignación de los presentes. Este lamentable episodio podría tener consecuencias disciplinarias graves para Luis Enrique y el club parisino, empañando aún más una noche para el olvido en la historia del PSG.

El Chelsea, nuevo rey mundial

Ni siquiera eso aguó la fiesta del Chelsea, que suma su primer título del Mundial de Clubes y lo hace de manera incontestable. El proyecto de Enzo Maresca, construido sobre una mezcla de juventud, talento y ambición, alcanza así su primer gran éxito internacional y deja un mensaje claro a Europa: los blues han vuelto para quedarse en la élite.n del vestuario en los momentos clave.