Testigo Directo
Mundial 2022. ¿Por qué no hay perros en Qatar?
Es habitual ver gatos callejeros, que se comportan como si fueran domésticos
En las tres semanas de estancia en Qatar apenas he visto dos perros. Uno correteando por una zona vallada y otro de la mano de su dueño. Un animal de compañía que no acompaña tanto en el país anfitrión del Mundial. La leyenda dice que un perro mordió a Mahoma y por eso es un animal mal visto en la cultura musulmana.
Pero la realidad es mucho menos dramática. No es que los perros estén malditos. A los qataríes no les gusta tener perros en casa por motivos de higiene y de cuidados, aunque ahora los perros se están poniendo de moda como mascotas para la clase adinerada, con viviendas amplias y jardín por donde el animal pueda desahogarse. No hay perros por las calles, pero llama la atención la cantidad de gatos callejeros que se comportan como gatos domésticos.
Los vecinos les dejan agua y comida y no son esquivos como en España ante la presencia humana. Raras veces se apartan de tu camino o se esconden si te cruzas con ellos. Un día se me ocurrió hacer una foto a uno de ellos y, lejos de molestarse me siguió con la esperanza, supongo, de que le diera comida. Pero probablemente tenía yo más hambre que él después de uno de esos días que se alargan intermina- blemente en Qatar, donde el último partido de la jornada acaba a las 12 de la noche. «Más hambre que uno que se está bañando», que diría alguno. O como se diga.
No es el único caso. Uno de estos últimos días, camino del hotel me encontré con otro gato callejero, que lejos de mostrarse agresivo o esquivo, se tumbó panza arriba para que lo acariciara. Lo decepcioné al pobre. Para que luego digan que los gatos no son cariñosos. En realidad les pasa como a los periodistas deportivos, tienen mucha peor fama de la que se merecen.
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