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Polémica

Raíllo: "Munuera me pregunta si estoy mareado. Le preguntó qué ha pasado y me dice: gol"

El defensa del Mallorca ha explicado cómo ha sido la jugada polémica del partido contra el Barcelona

Raíllo se mareó y el Barcelona marcó gol CATI CLADERAEFE

El partido entre Mallorca y Barcelona en Son Moix dejó más que una victoria del Barcelona. De lo que se va a hablar es de la jugada de la primera parte que ha abierto debate encendido sobre el reglamento, el protocolo de seguridad y la coherencia arbitral. El gol de Ferran Torres en el minuto 24, marcado mientras Antonio Raíllo permanecía tendido en el suelo tras despejar un balón de cabeza, se convirtió en el epicentro de la polémica. Tanto la reacción del capitán bermellón como la del portero culé, Joan García, tras el encuentro, ponen en palabras lo que ya se intuía desde la grada: nadie terminó de entender la decisión.

La jugada en cuestión nació de un zapatazo de Lamine Yamal desde fuera del área. Raíllo, atento, se lanzó con la cabeza para despejar y en el impacto quedó desplomado sobre el césped. El central mallorquinista cayó mareado, inmóvil durante varios segundos, en una acción que en teoría está contemplada en el protocolo de LaLiga sobre seguridad: cuando un jugador queda en el suelo tras un golpe en la cabeza, la jugada debe detenerse. Sin embargo, el árbitro José Luis Munuera no pitó. Llevó el silbato a la boca, dudó, y en esa fracción de tiempo Ferran Torres recogió el balón y lo colocó en la escuadra, firmando el 0-2.

La incredulidad fue inmediata: los jugadores del Mallorca se quedaron parados esperando la interrupción que nunca llegó, mientras los culés también mostraban cierta sorpresa.

Al terminar el partido, Raíllo fue claro y contundente: “Hay poco que explicar, la gente lo ha visto. El protocolo de LaLiga decía que si te caía al suelo parabas. Han pasado diez segundos y me mareo un poco. Da tiempo de sobra. Que nos expliquen por qué no se ha parado. Si el reglamento dice una cosa hay que cumplirlo. Hasta los jugadores del Barcelona nos decían que les habían explicado lo mismo”. El defensa del Mallorca, visiblemente molesto, relató además la confusión posterior: “Munuera me pregunta si estoy mareado y le pregunto qué ha pasado y me dice: gol. Ferran me dice también que chuta porque cree que lo va a parar”.

La sensación de agravio para los locales no quedó ahí. Raíllo añadió que las decisiones posteriores no ayudaron a calmar el ambiente: “Luego decisiones contra nosotros. La expulsión de Muriqi…, pero después a Raphinha solo le enseña amarilla. Nos queda tirar de orgullo. Bochorno porque ni ellos pueden jugar ni nosotros, no hay espectáculo”. Sus palabras resumen el estado de ánimo de un Mallorca que terminó la primera parte con nueve jugadores, tras las rojas a Morlanes y Muriqi, y con un estadio encendido contra el árbitro.

Joan García: "La jugada de Raíllo es rara"

En el otro vestuario, Joan García, portero del Barcelona y protagonista involuntario en la jugada posterior con Muriqi, ofreció una visión distinta, más comedida, aunque igualmente consciente de lo extraño de la situación. Primero habló de su debut y de un pequeño golpe. “Es un pequeño susto lo del dedo. Al final el portero del Barcelona tiene que estar atento a muchas cosas. Estoy contento. Estoy tranquilo, me hubiera gustado que inscribieran antes, pero he estado tranquilo". Y sobre lo que sucedió, dijo que fue un partido extraño, son situaciones del partido”. Sobre la acción de Muriqi, que le golpeó en la cara y derivó en la roja directa, fue claro: “Muriqi me da en la cara y si el VAR ha dicho que es roja, será así”.

Pero Joan tampoco quiso esquivar el asunto del 0-2: “Lo de Raíllo es un poco raro. El árbitro decide pitar y hay que seguir si no pita. Nosotros estamos con un poco de duda, pero hay que seguir”. Una explicación que deja entrever que incluso dentro del Barça se percibió cierta contradicción. La clave, según él, estuvo en la reacción arbitral: el colegiado amagó con detener el juego, pero al no hacerlo, los jugadores decidieron continuar.