Real Madrid
Raúl, el adiós de un mito
«Jugar al fútbol ha sido parte de mi vida durante mucho tiempo y la decisión de retirarme no es fácil, pero creo que es el momento correcto. Estoy agradecido a todos los que me han apoyado en mi carrera. Espero jugar mis últimos partidos con el New York Cosmos en las próximas semanas». Así, con un comunicado en la página web del club neoyorquino, anunciaba Raúl González Blanco su retirada del fútbol.
El diario «As» lo había anticipado, bajo la firma de Pedro Pablo San Martín, el pasado miércoles. Y ayer llegó la comunicación oficial. «Cuando firmé por el New York Cosmos en diciembre dije que evaluaría cómo me sentía al final del año para ver si continuaría jugando. Mi decisión es retirarme al final de la temporada. Estoy centrado en terminar la temporada fuerte y ayudar al Cosmos a ganar el campeonato de la NASL. En los próximos meses decidiré el próximo paso en mi carrera».
A sus 38 años, con su experiencia y los conocimientos adquiridos fuera de España, se lo van a rifar. Florentino le abrió las puertas del Real Madrid el día del homenaje que le tributó el club hace dos años. Y, ayer mismo, el presidente de laLiga, Javier Tebas, le ofrecía un puesto de embajador para promocionar el fútbol español por el mundo como hacen Fernando Sanz, Salgado, Mendieta, Karembeu y Figo, entre otros.
El Ferrari que en su día anunció Fernando Hierro, compañero de fatigas en el Real Madrid, se para, pero la figura de Raúl emerge con fuerza porque se marcha un mito, una leyenda del fútbol español, que nació rojiblanco y se convirtió al madridismo por culpa de Jesús Gil, que de un plumazo borró la cantera del Atlético, y de Jorge Valdano, que le dio la alternativa en el primer equipo cuando sólo había jugado siete partidos en el Real Madrid C. Se enteró en el Metro de la convocatoria para Zaragoza y el 29 de octubre de 1994 se subió al tren blanco en La Romareda y ya no se bajó hasta la llegada de Mourinho en julio de 2010.
Se estrenó como goleador frente al Atlético, en el Calderón, por aquello de que no hay mejor cuña que la de misma madera. Su último gol con la camiseta del Real Madrid fue un 24 de abril. Era 2010. Marcó el 0-1 a pase de Cristiano. En La Romareda, el mismo escenario en el que había debutado. Habían pasado casi 16 años y Raúl en esos tres lustros se había convertido en un jugador de leyenda. Lo ganó todo y su única espina es la Selección. Su edad y sus desavenencias con Luis Aragonés, que consideraba que había otros jugadores con mayor capacidad, le privaron de subirse al carro triunfador de la Eurocopa de 2008. Tenía 31 años y dejar La Roja fue un palo. Sin embargo, Raúl asumió su destino.
Como cuando se fue del Real Madrid para emprender la aventura alemana en el Schalke, un club donde le veneran. Dos años y a Qatar. Un fútbol distinto, una nueva cultura y un aprendizaje con vistas al futuro. Raúl era un referente en el Al-Sadd, pero su alma inquieta le llevó a Nueva York. Once meses en el Cosmos, para otra experiencia vital. Hasta que ha dicho «basta».