El objetivo de Mourinho es recuperar a Benzema, tanto en el aspecto físico –de momento, se entrena al margen del grupo y es duda para el partido del sábado en Málaga– como en el puramente futbolístico. El jugador ha bajado esta temporada sus prestaciones (sólo ha marcado tres goles en la Liga) y el equipo se resiente.

En el Real Madrid entienden que la lesión de Higuaín le ha perjudicado. Se ha sentido imprescindible, ha visto que no tenía competencia y ha bajado los brazos, volviendo a ser el jugador conformista e indolente de su primer año. Calidad le sobra, sabe asociarse con sus compañeros, tiene velocidad y remate, y con él en el campo se crean más ocasiones de gol. En Valladolid, por ejemplo, formó una excelente sociedad con Özil para fabricar el primer gol, al margen de conseguir luego el del empate (2-2), antes de que el alemán decidiera con una falta que le hicieron a él.

Mourinho habló de «tres ovejas negras» en el vestuario y muchos señalan al francés como una de ellas por su falta de implicación durante lo que llevamos de curso, cuando el técnico le había conseguido sacar su máximo rendimiento hace unos meses.

«Desde que era niño soñaba con vestir la camiseta del Madrid y con ganar grandes títulos; es una forma de consagración», manifesta Benzema. Recuerda en «France Football» la «crueldad» de la eliminación ante el Bayern en la Liga de Campeones y ensalza el «nivel técnico alto» de Mourinho. Un portugués que quiere recuperarlo por el bien de ambos.