Real Madrid Baloncesto
Ronaldo es todo
Nadie en el Real Madrid juega, marca, recibe faltas y remata más que él. Personifica todas las esperanzas blancas de enderezar el curso
No hacía falta una actuación tan desastrosa como la que el Real Madrid firmó en Pamplona para descubrir la importancia que tiene Cristiano en el equipo, pero por si quedaba alguna duda, los blancos naufragaron de forma estrepitosa ante el colista sin su estrella. Con Ronaldo cumpliendo castigo por cinco amonestaciones, el vigente campeón de Liga firmó una de sus peores noches en mucho tiempo. Un solo remate a portería cuando el partido se terminaba y no más de dos pases correctos en toda la noche. Demasiado poco, porque la Liga se ve ya como algo secundario y porque Cristiano lo es todo. Su potencia y competitividad son un pulmón por el que el Madrid respira en ataque, ya sea en una acción individual o convirtiéndose en una opción para que los pasadores encuentren un aliado con el que asociarse.
«CR7» ya fue clave en los récords ligueros del curso pasado, y ahora casi lo es más, al personificar todas las esperanzas que a la afición le quedan de enderezar la temporada en las dos competiciones en las que siguen con vida. Hasta no hace mucho, cuando el seguidor blanco soñaba con la «Décima», pensaba en la capacidad innata de Mourinho para encontrar el camino más corto hacia los títulos. Ahora, el único argumento al que los hinchas se agarran para disfrutar es Cristiano y por eso el Bernabéu acabó el partido contra el Celta gritando su nombre. Razones no le faltan al madridismo para apostar su dinero al «7», ya que, además de no haber nadie en la plantilla blanca que marque más goles, juegue más partidos y minutos, provoque más faltas o remate más (ver gráfico), se ha destacado como el futbolista más equilibrado en plena crisis.
En medio de los distintos incendios que han calentado el día a día del club, Ronaldo ha tirado del equipo con la actitud de un juvenil y la profesionalidad que un futbolista necesita para ser de los mejores del mundo. Le ha dado igual si se trataba de una bonita noche de «Champions» en el Bernabéu ante el Manchester City, un apasionante derbi madrileño ante el Atlético, o una tarde desapacible bajo la lluvia en la ida de octavos de Copa del Rey en Balaídos. Él siempre ha estado dispuesto a sacar del apuro a un grupo que no ha sido capaz de ofrecer 90 minutos redondos de gran fútbol.
En las buenas y en las malas, la solución más brillante que han encontrado los blancos se llama Ronaldo, que desde su famosa declaración de tristeza a principios de curso se está ganando una sabrosa renovación tanto dentro como fuera del campo, donde parece evidente que el portugués ha dado un paso adelante: «Para ser sincero, claro que me haría mucha ilusión ganar el Balón de Oro, pero si no lo gano no se acaba el mundo. No me afectará», dijo en la primera semana del año. Un poco después, nada más hacerle un «hat-trick» al Celta, lanzó un mensaje al madridismo muy parecido a lo que siempre se ha esperado de un capitán del Real Madrid: «Basta ya de criticar. Esto no ayuda a nada. Tenemos que estar todos juntos. Nos quedan la Copa y la Liga de Campeones. Hay mucho todavía por ganar y no es bueno mirar hacia atrás», aseguró.
Con declaraciones de este tipo y su rendimiento deportivo, Florentino no tardará demasiado en sentarlo a su mesa y prolongar el contrato de su estrella: el futbolista que más se acerca al nivel de Messi y al que el Real Madrid ha confiado sus próximas alegrías.
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