Tenis

Rojo

Nadal tira de Marc y arranca el oro

Tecau fue el pilar de Rumanía; Mergea, el punto débil, y Rafa, el coloso que inclinó la final del lado español

Marc Lopez y Rafa Nadal, campeones olímpicos en Río 2016
Marc Lopez y Rafa Nadal, campeones olímpicos en Río 2016larazon

Tecau fue el pilar de Rumanía; Mergea, el punto débil, y Rafa, el coloso que inclinó la final del lado español.

El oro de Nadal en los Juegos de Pekín, más siete platas y tres bronces era hasta anoche el botín del tenis español en los Juegos Olímpicos. La final de dobles de Río, con una entrada paupérrima –menos de media- en la Corte Central, empezó muy favorable a la pareja española (2-6), superada en el segundo set por la rumana (6-3) y finalmente elevada al olimpo en el tercero (4-6) después de perder el servicio con 3-3; entonces Rafa acudió al rescate y el cielo de Río se abrió. Oro pues en dobles, y ya son dos en los Juegos. Siempre con Nadal.

El primer set de la final de dobles, entre la pareja rumana Florin Mergea-Horia Tecau y la española Rafa Nadal-Marc López, duró 33 minutos. 2-6 fue el resultado cosechado por el manacorense y el barcelonés. Media hora invertida en una manga de un partido de estas características es tiempo que no está a tono con el acontecimiento. Pero la superioridad entonces era manifiesta... Luego llegaron las rebajas, o los españoles bajaron el tono y lo subieron los rumanos en el segundo set, que ganaron 6-3. Las sensaciones ya no eran las mismas y entraron las dudas.

Mergea y Tecau no son pareja habitual, pero empezaron a llevarse bien en la Davis y fue allí, en Bucarest, donde ganaron el punto a la pareja española de los López, Marc y Feliciano, lo cual no les sirvió para la clasificación. Fue un consuelo. Tecau es el número diez del mundo entre los doblistas y ha ganado 25 títulos en esta faceta, uno de ellos en Wimbledon. Mergea, que como él tiene 31 años, no llega a tanto y no pasa del puesto 25. En individuales no hay noticias de ellos. Pero en dobles dan la talla, a pesar del primer set, tras el que la pareja española se las prometía muy felices. Tocaban el oro.

Las virtudes de Marc, el doblista por excelencia, sobresalían sobre el resto. Sabe donde tiene que estar, domina su sector y la volea es algo más que un recurso cuando falta pista porque el contrario la ocupa toda. Discurría en dulce el primer set. Los rumanos chocaban con la red, como si para ellos fuera demasiado alta y no encontraban la forma de combatir los palazos de Nadal. Así se gestó el 6-2.

En el segundo el cambio fue radical. Los rumanos aparecieron, demostraron que esto de los dobles es lo suyo y empezaron a jugar y a disfrutar. Antes eran ellos los que no devolvían una bola; ahora eran los españoles, perdidos, sin sitio y con menos fuerza, acaso por el cansancio lógico que tiene que acusar Nadal después de la eliminatoria contra Bellucci y el púbico. Cedieron dos veces el servicio, se vieron 4-1 abajo y llegaron al 5-3 pensando que si lograban un “break” las aguas volverían a su origen. Tenían que volver a remar con el vigor inicial, y a entenderse. Nadal tiene muchas veces que frenar el ímpetu porque, como en individuales, pretende llegar a todas las pelotas; pero Marc, que es el especialista, que domina el terreno, está ahí.

Sacaba Tecau, a más de 200, y una desventaja de 0-40 le enjugó con un primer servicio corrosivo y una rápida salida del bache. Se evaporó la acariciada ruptura y el set voló a Rumanía (6-3) en un viaje de tres cuartos de hora. Así que vuelta a empezar y a recuperar la jerarquía perdida. Era preciso sorprender con los golpes, Rafa los tiene, magistrales algunos –Marc es más predecible lejos de la red-, y encontrar la debilidad de los rumanos, crecidos una vez que perdieron el miedo en el segundo set. Pudieron romperles el servicio con 1-2 y cinco bolas de “break”, que no aprovecharon, 2-2. En este tercer set, Marc decayó, sólo pegaba “globos”, carecía de la chispa inicial y Nadal trataba de animarle. Llevaba el peso del partido e intentaba “cargar las tintas” sobre Mergea, el rival más débil, en tanto que Tecau crecía y Rafa se animaba e involucraba al público con cada punto a favor. Se echaba en falta la ratonería de Marc y un servicio con más fuerza e intención, como no fue así, juego en blanco para Tecau y Mergea con la consiguiente ruptura: 4-3 y el oro, cuesta arriba. Era preciso atacar el punto débil rumano, Mergea, que saca regular, comete dobles faltas y carecen sus golpes del veneno del compañero, de ahí el 4-4. El partido lo disputaban Nadal y Tecau, con sendos asistentes, y lo ganaba Rafa, 5-4. Lo había levantado él con su garra característica.

Pero al saque, Tecau, palabras mayores. No obstante falla Mergea y se nota tanto como la magistratura de Rafa y la ausencia de inspiración de Marc, negado, réplica del rumano flojo que terminó por entregar el partido 4-6. Final emocionante, con dos jugadores superlativos, Rafa y Tecau. No fue la noche de Marc, otras veces extraordinario. Pero el oro es tan suyo como de Nadal, el bastión del tenis español.

Rafa Nadal y Marc López han vencido esta noche a la pareja rumana, Florin Mergea y Horia Tecau, en un partido apasionante en la que