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Polémica

Un jugador de pádel explota tras ser acosado en redes: "No soy un robot"

Gonzalo Alfonso marca un antes y un después con estos temas

Un jugador de pádel explota tras ser acosado en redes: "No soy un robot" .

El pádel ha crecido exponencialmente en los últimos años, y con su auge, también lo ha hecho la exposición pública de sus protagonistas. Gonzalo Alfonso, referente indiscutible en el circuito A1 Padel, lo está viviendo en carne propia. Más allá de los focos, los títulos y los aplausos, el argentino atraviesa una realidad amarga: el peso de las críticas y el desprecio gratuito en redes sociales.

En los últimos días, Alfonso decidió hacer pública una reflexión que llevaba tiempo conteniendo. A través de un mensaje compartido con sus seguidores, el jugador reveló el desgaste emocional que sufre a raíz de los comentarios negativos que recibe tras cada partido. Y no se trata solo de críticas deportivas: muchas veces se trata de ataques personales, cargados de odio y desprecio.

“Hay gente esperando que me vaya mal solo para sentirse mejor consigo misma”, escribió el jugador con visible frustración. Lejos de un simple desahogo, sus palabras pusieron sobre la mesa un problema cada vez más extendido entre los atletas de alto rendimiento: la violencia verbal digital.

Alfonso, quien forma dupla con el talentoso Tolito Aguirre, sabe lo que es lidiar con la presión competitiva. Pero lo que más le pesa, confiesa, es ver cómo ciertas personas parecen disfrutar de sus tropiezos. "No es fácil salir a la pista sabiendo que hay un ejército de desconocidos esperando que falles. Eso desgasta. Eso duele", remarcó.

Más allá del dolor, Gonza no busca lástima. Su mensaje no fue una rendición, sino una llamada de atención. Habló con la serenidad de quien ha aprendido que no puede agradar a todos, pero con la firmeza de quien no está dispuesto a tolerar el odio gratuito.

“Jugar al pádel es mi vocación, no mi condena”, expresó, dejando claro que seguirá entregándose al deporte con la misma pasión de siempre. Y añadió algo más importante aún: que quienes compiten también son humanos, con emociones, miedos y límites.

La publicación provocó una ola de apoyo. Compañeros del circuito, entrenadores y seguidores salieron a respaldarlo. Algunos compartieron experiencias similares; otros simplemente le agradecieron por visibilizar lo que muchos callan.