El Real Madrid visitaba el Villamarín, un estadio que siempre es muy complicado. Una vez que el balón comenzó a rodar, se vio un equipo totalmente distinto al de los últimos empates. Los de Zidane salieron desde el minuto uno con la ambición de un depredador, mostraron un gran ritmo y atacaron constantemente el marco de Adán. Intensidad, concentración, compromiso y buen fútbol fueron claves en la goleada. Y dentro del buen tono general, hubo un futbolista guía, un alemán fiable, que sigue dando un gran rendimiento desde que llegó en 2014: Toni Kroos.

Referencia

Estuvo perfecto, siempre bien colocado, marcando el ritmo de juego de sus compañeros, con espectaculares cambios de orientación y recibiendo todos los balones en la salida de la circulación del juego madridista. Ahora mismo, y en ausencia de Modric y Casemiro, es la gran referencia de este Real en el medio campo, un espacio que domina en todas las facetas del juego. Zidane sabe que Toni es un valor seguro, un director de orquesta inteligente y con un fútbol de alta escuela. En Sevilla dio una lección de lo que debe ser un medio centro, sin ser su posición natural, y el cerebro de un gran equipo.

Justa renovación

Acertó Kroos en el 96 por ciento de los pases ante el Betis y dio dos asistencias de gol. Su elegancia y talento son únicos. Por eso, Florentino Pérez le premió el pasado viernes con una ampliación de contrato muy merecida hasta el año 2022. Gran noticia para el madridismo con un jugador que sin alzar la voz fuera del campo muestra sobre el rectángulo de juego su gran compromiso y que sigue la estela de otros compatriotas ilustres que pasaron por el Bernabéu como Stielike, Breitner, Netzer... Ya ha dicho tras esta renovación que quiere retirarse de blanco. Bueno para él y bueno... para el Real Madrid.