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Así es Pecco Bagnaia, el heredero de Valentino Rossi

Con “Il dottore” tan cerca del adiós, el de Ducati se convierte en el gran ídolo italiano gracias a sus dos victorias consecutivas. Es más bien tímido y su pilotaje roza la perfección

Pecco Bagnaia, en el podio del circuito Marco Simoncelli de Misano, tras ganar el Gran Premio de San Marino
Pecco Bagnaia, en el podio del circuito Marco Simoncelli de Misano, tras ganar el Gran Premio de San MarinoGIGI SOLDANO / DPPI Media / Europa PressGIGI SOLDANO / DPPI Media / Euro

Ahora que Rossi se va apagando y que el próximo 15 de noviembre será ya un ex piloto, hay que buscar un heredero en Italia y nadie mejor que Pecco Bagnaia, el hombre del momento con sus dos victorias consecutivas, derrotando en el mano a mano a Márquez la semana pasada en Motorland y ayer a Quartararo en Misano. El público italiano vibró con su nueva estrella, este turinés de 24 años, más bien tímido, que se ha empeñado en que el desenlace del Mundial se alargue todo lo posible. Se le resistió su primera victoria en MotoGP, pero ahora ya lleva dos consecutivas, porque ya sabía él que una vez que encuentras el camino es más fácil repetirlo. Su Ducati va sobre raíles, perfecta y fluida gracias al delicado pilotaje de Francesco, aunque si alguien lo llama así él no responde. Su hermana, de pequeña, no sabía pronunciar el nombre así que comenzó a decirle Pecco y ahora no hay nadie que use su nombre de pila, y a él le gusta que sea así.

Pues este Pecco es ya casi el único rival que le queda a Quartararo en la lucha por el título. Son 48 los puntos que los separan cuando quedan 100 en juego, una buena ventaja para el francés, aunque no se fía y hace bien. Bagnaia está en forma, le sale todo muy fácil y la Ducati es la mejor moto del momento. Incluso en las últimas vueltas de la carrera de ayer, con los neumáticos muy castigados, la máquina italiana respondió cuando Bagnaia necesitó apretar para evitar que Fabio lo alcanzara.

Sus hasta casi tres segundos de diferencia se iban evaporando y Quartararo, lejos de conservar pensando en el Mundial, quería la victoria que casi sentenciara el campeonato. Estuvo cerca de conseguirla, aunque se quedó con una segunda plaza que también le sirve para seguir teniendo todo muy controlado. Pecco no bajó el ritmo y duplicó el botín conseguido en Aragón, cuando por fin supo lo que era ganar en MotoGP.

Ahora que ya lo sabe, lo repite de carrerilla y falta le va a hacer si quiere meter en problemas al vigente líder. Está dispuesto a ello, aunque le cueste alguna discusión con su novia, como el domingo por la noche en Alcañiz. Su chica se enfadó cuando Pecco se puso a ver repetido su primer triunfo y lo repasó hasta cuatro veces. Quería recrearse con algo que había buscado durante mucho tiempo. Primero en Italia, cuando daba sus primeros pasos, y después en España, a donde llegó con el equipo Monlau de Emilio Alzamora para crecer. De ahí pasó al VR46, donde terminó de formarse y ganó el título de Moto2. Se podría decir que es un alumno de Valentino e incluso su padre está trabajando con los jóvenes en la estructura que dirige «Il dottore».

Elogios de Casey Stoner

Él mismo reconocía en una entrevista en DAZN que nadie puede ser el heredero de alguien que ha hecho cosas tan grandes como Rossi, pero sí que se ha ganado el derecho a ser el nuevo líder de la armada italiana. Con Dovizioso saliendo de su año sabático, ese lugar le corresponde a Bagnaia, que precisamente llegó a la Ducati oficial para ir un poco más allá que Dovi y cambiar sus tres subcampeonatos por el título que tanto desea la marca. El último en conseguirlo fue Stoner, que de vez en cuando escribe a Bagnaia para decirle que le gusta lo que está haciendo. Si el australiano domó la potencia de la Ducati a base de carácter, Pecco la lleva por donde él quiere con mayor suavidad y un estilo de pilotaje sin brusquedades. Su cara de niño engaña, aunque sus rivales ya saben que en la pista aprieta los dientes como el que más. Ayer puso a sus pies Misano, todavía con el amarillo de Rossi cubriendo las gradas, pero ya acostumbrándose a lo que será la vida sin el gran ídolo.

El próximo color predominante será el rojo de la Ducati de Bagnaia, que no renuncia al título este curso, aunque lo tenga complicado y que será un candidato desde el minuto uno el año que viene.