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MotoGP

El increíble error que le ha costado el podio a Aleix Espargaró

El piloto de Aprilia, que acabó entre lágrimas, pasó del segundo al quinto puesto al pensar que la carrera había terminado cuando todavía quedaba una vuelta. Quartaro es más líder de MotoGP tras arrasar en el circuito de Montmeló

Aleix Espargaró acabó quinto después de su error en el circuito de Barcelona-Cataluña
Aleix Espargaró acabó quinto después de su error en el circuito de Barcelona-CataluñaEnric FontcubertaAgencia EFE

El fin de semana perfecto que había completado Aleix Espargaró en el circuito de Montmeló ha terminado de la manera más insólita y cruel posible. El de Aprilia no ha podido en ningún momento con el ritmo brutal de Fabio Quartararo, pero tenía asegurado el segundo puesto por delante de Jorge Martín y Zarco. Pero el podio se le ha ido de las manos en el penúltimo paso por meta. En ese momento, Aleix ha cortado gas y ha empezado a saludar al público. Nadie entendía nada, y lo que sucedía es que el catalán estaba convencido de que era la última vuelta y la carrera había terminado.

Ha necesitado unos segundos para darse cuenta de su error, pero para entonces ya le habían superado Martín, Zarco y Joan Mir, que alucinaban al ver a su rival levantando los brazos y saludando al público. Cuando se ha dado cuenta, Espargaró ha vuelto a acelerar y ha conseguido terminar quinto, una posición que no merecía pero a la que le condenó su fallo.

En el box de Aprilia no se lo creían y se llevaban las manos a la cabeza y lo mismo hizo Aleix cuando entró en meta por fin. No sabía donde meterse, porque ese despiste tiró por tierra su enorme trabajo del fin de semana, en el que había dominado todos los entrenamientos desde el libre 2 hasta la Q2, donde hizo la “pole”.

En carrera no pudo imponer su ritmo ni impedir la escapada de Quartararo, pero sí que había conseguido amarrar el segundo puesto, un resultado que le permitía mantenerse segundo de la clasificación del Mundial a 13 puntos del liderato. Eso era así justo antes del penúltimo paso por meta, cuando él creía que la carrera terminaba.

Al llegar al box todo su equipo le esperaba para consolarlo y también su familia, su mujer (Laura) y sus dos hijos (Max y Mía), que le acompañan a muchos de los circuitos. Pero en ese momento no había consuelo posible para el de Granollers, que se colocaba las manos sobre el casco y se giraba hacia la pared sentado en su silla. Incluso el CEO de Dorna, Carmelo Ezpeleta, se acercó al box para darle ánimos y tratar de convencerlo de que no pasaba nada y puede suceder.