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Permiso para soñar

Nadal, que no llegaba a octavos de un grande desde París 2015, se gusta en el US Open. «Tengo dolor, pero ya no me limita», asegura Us Open en segunda ronda: «No voy a darle muchas vueltas», dice.

Rafa celebró con rabia cada punto y conectó con el público neoyorkino
Rafa celebró con rabia cada punto y conectó con el público neoyorkinolarazon

Nadal, que no llegaba a octavos de un grande desde París 2015, se gusta en el US Open. «Tengo dolor, pero ya no me limita», asegura Us Open en segunda ronda: «No voy a darle muchas vueltas», dice.

«Sólo sé que estoy feliz», resume Nadal su semana grande en Nueva York. Tres palizas con momentos de «muy buen nivel» que le están permitiendo hacer dos cosas que últimamente no eran muy habituales: competir y disfrutar. Rafa se ha plantado en los octavos del US Open con la hoja de servicio reluciente, sin perder un set y dominando a sus tres primeros oponentes, que sin ser precisamente «top tens» hubieran podido complicarle la vida no hace mucho. De hecho, el de Manacor no ganaba los tres primeros partidos en un «Grand Slam» desde Roland Garros 2015, poco antes de que Dustin Brown (número 102 del mundo) le sacara de Wimbledon el curso pasado en segunda ronda. Fognini le envió a casa el año anterior en Flushing Meadows, para después caer en Australia 2016 nada más comenzar frente a Verdasco y tener que retirarse en París y descartar Londres por la lesión en la muñeca izquierda.

Una herida que sigue molestando a Rafa, pero como él mismo reconoce, ya no le influye negativamente. «Aún siento algo de dolor, pero ya no me limita el juego. Estoy muy contento por cómo he jugado, especialmente en el primer set, que fue de mucho nivel». Se refería Nadal a su victoria ante Kuznetsov (6-1, 6-4 y 6-2), que no pudo responder al ritmo del español como antes les sucedió a Seppi e Istomin. «Estoy emocionado por jugar aquí. Para mí son grandes noticias estar compitiendo de nuevo en el circuito y estar jugando cada día con menos dolor en la muñeca. Esto es lo más importante», se felicitaba Rafa, que no se aparta del partido a partido, pero que al menos se permite alguna sonrisa. No puede ocultar que su derecha vuelve a funcionar y, a través de ella, puede reinar en el juego, aunque su servicio no sea del todo sólido. «Perdí mi saque un par de veces en el segundo set. Cuando juegas contra un rival que resta muy bien estás en problemas si no sacas bien», reconocía el de Manacor, que ahora espera a Pouille (20:30), verdugo de Bautista.

q Cumpleaños feliz para Carla Suárez. La canaria también se metió en la segunda semana regalándose una brillante victoria frente a Vesnina (6-4 y 6-3) el día que cumplía 28 años.