Historia
El rastro de ETA en el deporte: ¿Quién fue el único deportista asesinado por la banda terrorista?
Las listas de Bildu con 44 condenados por colaboración y pertenencia a ETA ha devuelto a la actualidad la sanguinaria lista de asesinados de la que forma parte un futbolista.
ETA fue derrotada hace 12 años pero, a día de hoy, su brazo político se encarga de que mantenerla muy presente. Las listas de Bildu con 44 condenados por colaboración y pertenencia a ETA, siete de ellos con delitos de sangre(aunque finalmente hoy han presentado su renuncia), se ha colado en campaña eclipsando cualquier otro debate político y trayendo de nuevo a la actualidad el sanguinario legado de ETA. Una macabra lista de asesinados en la que solo figura un deportista: el futbolista José Antonio Santamaría.
Las Olimpiadas, los mundiales de fútbol o el Rally Dakar ha sido vistos por las organizaciones criminales como una oportunidad para sus macabros objetivos y España no fue ajena a ello. La banda terrorista ETA no tardaría en ver el potencial de los eventos deportivos para lo que llamaban la “internacionalización del conflicto”.
No en vano, la amenaza terrorista fue uno de los elementos que acabó en el sueño Olímpico de Madrid 2012. En la presentación de la candidatura todo parecía ir bien bien hasta que el príncipe Alberto de Mónaco -miembro del COI- preguntó por la seguridad en España ante la amenaza de ETA. Sus palabras cayeron como un jarro de agua fría y la candidatura española quedaba herida de muerte.
Los Juegos Olímpicos de Barcelona corrieron mejor suerte. En 1992 en España, ETA actuaba con gran virulencia. En 1987, fue seleccionada por el COI para albergar los primeros Juegos Olímpicos de la historia de nuestro país y tan solo un año después en Barcelona, se produjo uno de los peores atentados de la banda, la masacre de Hipercor: 27 muertos. Pese a ello, los juegos siguieron adelante y fueron un gran éxito a pesar de que la historia pudo ser muy diferente. El entonces secretario de Estado de Seguridad, Rafael Vera, coincidiendo con el 20 aniversario de aquellos Juegos, revelaba un secreto oculto durante dos décadas: las Fuerzas de Seguridad del Estado encontraron un artefacto explosivo, posiblemente de ETA, en el techo del Palau Sant Jordi unos días antes de que comenzaran los Juegos Olímpicos.
Sin embargo, solo un deportista, aparece en la macabra y larga lista de asesinados por ETA: José Antonio Santamaría, futbolista de la Real Sociedad.
El asesinato etarra de Santamaría
Un 19 de enero mientras los tambores comenzaban a sonar en las calles de San Sebastián en la Tamborrada de 1993, el comando Donosti asesinaba a José Antonio Santamaría, un exfutbolista vasco que tras colgar las botas se convirtió en empresario.
Santamaría empezó en el Eíbar, y en 1964 fue fichado por la Real Sociedad. Jugó durante tres temporadas en el Sanse. Se ganó el apodo de Tigre por el pundonor y la garra que mostraba sobre el terreno de juego. Jugaba como defensa central.
Pasó a la Real en la temporada 1967-68, pero no pudo debutar en Liga. Lo hizo el 12 de mayo de 1968 ante el Español de Barcelona, en la Copa del Generalísimo. Durante las cuatro temporadas que perteneció a la disciplina del primer equipo de la Real jugó 48 partidos oficiales y marcó 2 goles. En 1971 fue traspasado al Hércules CF que pagó por él 2,5 millones de pesetas donde militó durante 3 temporadas para pasar al CD Sabadell donde solo estuvo una temporada. Fue internacional con la Selección de fútbol de España en las categoría inferiores, “Sub-23” y fue preseleccionado en varias ocasiones para la Selección Absoluta.
Tras retirarse del fútbol, montó junto con otros socios la Discoteca Ku, que se convirtió en local de moda tanto en San Sebastián como en Ibiza. Santamaría llevaba otros negocios en su ciudad natal. El más conocido, la céntrica Cafetería Basque, un local muy conocido en la ciudad.
La campaña de “Egin”
Aunque lo negó en todo momento, su nombre apareció ligado a rumores que mezclaban narcotráfico, lucha antiterrorista y tramas de corrupción policial de las que se hizo especial eco el diario Egin. El exfutbolista fue acusado por el entorno etarra de tener tratos con los grupos antiterroristas de la Guardia Civil, lo que unido a su amistad con dirigentes del PSE-PSOE, entre ellos Txiki Benegas, lo situaron en el centro de la diana como objetivo potencial de la organización terrorista ETA.
La noche del 19 de enero de 1993, víspera de la tamborrada, se encontraba con un grupo de amigos cenando en la sociedad gastronómica Gaztelupe. Dos personas entraron y le asesinaron de un tiro en la nuca. El asesino, Juan Antonio Olarra, fue condenado a 28 años de cárcel. Otro conocido miembro de ETA, Valentín Lasarte, habría participado en el asesinato señalando a la víctima. Santamaría estaba casado y era padre de tres hijos.
Otro futbolista, como Bixente Lizarazu, reconoció en su autobiografía que fue extorsionado por ETA cuando era jugador del Athletic de Bilbao, durante la temporada 1996-97, pero solo un nombre -el de Santamaría- ha pasado a la historia como el único deportista asesinado por la banda criminal.
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