Eurocopa 2024
Rodri y el nuevo liderazgo de la selección
El jugador del City asume el lugar que hasta el Mundial pertenecía a Busquets como mediocentro y como uno de los capitanes. Es uno de los hombres de confianza del seleccionador
Rodrigo Hernández ha dado, de repente, varios pasos adelante en la jerarquía de la selección. Es el segundo capitán de la Roja por antigüedad –recogió el brazalete contra Noruega cuando Morata salió del campo– y es el que dirige al equipo desde el centro del campo.
El jugador del Manchester City ha heredado el lugar que durante tantos años perteneció a Sergio Busquets y, en parte, su liderazgo como uno de los capitanes. «Tanto él como Zubimendi dan equilibrio, dominan el juego posicional, de orden, de correcciones tácticas y con el balón distribuyen muy bien el juego, se perfilan bien para generar posiciones de ataque», explica el seleccionador, Luis de la Fuente, que cuando le preguntan por uno de los mediocentros siempre prefiere hablar «de la posición» que personalizar. «Es el eje del equipo para mí y soy un afortunado por contar con dos de los mejores del mundo en esa posición», valora el técnico español.
«Aunque son diferentes buscamos lo mismo, cada uno con sus peculiaridades. Martín [Zubimendi] me conoce muy bien, le conozco muy bien y sólo hay que ver el rendimiento en su club. Es un futbolista que hace casi todo bien, pero todavía lo puede hacer mejor. Con el tiempo va a seguir mejorando y va a ser un gran futbolista, pero mejor», dice De la Fuente. «Todavía no es la mejor versión de Rodri tampoco», asume. «Tienen virtudes enriquecedoras, pero lo más importante es el equilibrio, no perder muchos balones y la tranquilidad que transmiten no sólo a mí sino a los compañeros».
«A Luis le conozco hace tiempo y sé lo que quiere de la posición de pivote, que es algo común a casi todos los equipos: un jugador solvente, que pierde pocos balones, fiable defensivamente, que sea capaz de filtrar, de ser decisivo en la iniciación de juego y dé orden al resto de compañeros en todas las parcelas del campo con una presión más elevada y cuando los equipos se cierran aprovechar también el buen disparo que tenemos. Eso es lo que nos ha empezado a pedir desde que estamos con él», explica Rodri.
El disparo desde lejos ya lo probó en el partido contra Noruega y estuvo cerca de marcar. «Es un arma importante ante defensas replegadas. Tengo un gran disparo, en mi club me prodigo bastante y lo quiero implementar en la selección. Tenemos que tener alternativas y en mi club algún gol he marcado», advierte. Aunque «tampoco es cuestión de tirar por tirar», dice.
Rodri intenta adaptarse a su nuevo rol de líder con 26 años, en plenitud, y con dos experiencias mundialistas que ha vivido de manera diferente. En 2018 Julen Lopetegui lo incluyó en el grupo como aprendiz para completar los entrenamientos junto a Vallejo en los días previos al comienzo del torneo. Regresó a España antes de la tormenta que provocó el despido de Lopetegui a dos días del debut de España. En Qatar ya era un miembro de pleno derecho del equipo, aunque tuvo que jugar de central para tener un hueco en la alineación. Una posición que parece olvidada ya para él salvo causa de fuerza mayor.
«El míster habló claro, mi posición es clara, en la que rindo en mi club. Qatar fue un aprendizaje en una posición en la que no soy experto y en la que creo que tuve un buen rendimiento. Me demostré que puedo ser versátil y jugar en varias posiciones, pero en la que más rindo es en el medio», reconoce el jugador.
Sin Busquets, De la Fuente lo necesita en otro sitio. Como faro del equipo y como tutor de una selección joven y con poca experiencia internacional. Rodri es el segundo capitán con sólo 36 partidos disputados con la Roja. «Intento asumirlo con la máxima naturalidad posible. Llevo ya unos años en la selección con experiencias ya vividas y lo que quiero es volcar en mi juego todo eso que he ido aprendiendo», dice. «Quiero hacer mi camino, mejorar cada día, sé lo difícil que es venir aquí cada convocatoria y lo que hay que hacer para volver, intentar dar la mejor versión de mí mismo y liderar a la selección, enseñar todas las cosas que he ido aprendiendo a la gente nueva y dar mi mejor fútbol», explica. «Mi intención es crecer yo a nivel individual, intentar contactar al resto de chicos que viven su primera experiencia y que aprendan», añade. Jugadores como Zubimendi, que ejerce ahora el rol que hasta el Mundial le tocaba a él, el de apoyar y dar descanso a uno de los capitanes de la selección. «Es un jugador de un gran nivel, lo está demostrando en su club. Intentaré que vaya viendo qué es lo que hacemos en la selección. Es un jugador de alto nivel», reconoce.
En el City juega solo y en la Roja con otro mediocentro al lado, que en la primera parte ante Noruega fue Merino y en la segunda, Ceballos. Pero Rodri ya es uno de los líderes de la Roja.
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