Tenis

El plan de Nadal sin Djokovic: sobrevivir una semana y luego...

Rafa reconoce que tiene el «nivel de juego, pero que necesita tiempo en pista». Medvedev y Zverev, favoritos. Garbiñe y Badosa, candidatas en el cuadro femenino

Nadal, en su última sesión de entrenamiento en Australia
Nadal, en su última sesión de entrenamiento en AustraliaJASON O'BRIENAgencia EFE

Para los despistados: en Melbourne, en la madrugada del lunes, arranca el primer Grand Slam de la temporada. Vuelve el tenis sin Djokovic. Regresan los partidos a cinco sets bajo el asfixiante verano austral, lo hacen en un escenario que encanta a los jugadores y con Nadal preparado para competir. Es la mejor de las noticias después de una segunda mitad de 2021 en la que el propio Rafa llegó a dudar de su futuro profesional. La prueba de que el ganador de 20 Grandes está de vuelta la aporta uno de los candidatos a levantar el título. Alexander Zverev ha compartido entrenamientos con él y... le ha dado la «impresión de que está a un nivel increíble».

Nadal se mueve en un optimismo marcado por la cautela. Le viene de fábrica. Después de ganar el título en Melbourne –con sólo tres partidos y ante rivales que oscilaban entre el número 95 y el 112 del mundo– comentó que afronta el Open de Australia día a día. Traducción: se trata de rodarse y sobrevivir la primera semana y luego ya veremos. Así lo explica el propio Rafa: «Estoy sobre todo feliz por estar aquí y disfrutando por haber podido volver. He tenido buenos días de entrenamientos y han sido mejores que los partidos. Eso significa que el nivel de juego lo tengo y que para plasmarlo en competición tan solo necesito tiempo en la pista».

Y es que la pretemporada no se ha desarrollado como Nadal y su equipo esperaban por culpa del puñetero coronavirus. Después de la millonaria exhibición en Abu Dhabi, Rafa dio positivo a su llegada a Mallorca. Lo mismo que sucedió con Carlos Moyá y Marc López. Las buenas impresiones obtenidas en el emirato se quedaron en nada por la covid-19. Rafa, como llegó a confesar, lo pasó muy mal los primeros cuatro días confinado, pero la evolución fue buena y antes de final de año ya estaba en Australia con su equipo. Los entrenamientos y el torneo de Melbourne le han llevado al momento actual. «Veremos cómo me voy adaptando. Llevo sin jugar un partido al mejor de cinco sets desde Roland Garros y sólo he jugado tres partidos en seis meses. Sólo quiero ir día a día y las sensaciones, por ahora, han sido muy buenas. Atravesé por momentos complicados, con muchas dudas incluso de si podría volver a competir. Por eso si me dices hace un mes que hoy estaría aquí lo habría firmado sin ninguna duda. Es genial poder disfrutar de los entrenamientos y volver a sentirme como un tenista profesional, además estoy jugando un buen tenis», declaró en su comparecencia de ayer.

El sorteo no fue demasiado amable con Rafa. Debutará mañana ante el estadounidense Marcos Giron, un buen rival para coger la temperatura al torneo. Luego llegarían el australiano Kokkinakis y el ruso Khachanov para completar la primera semana con dos raquetas que exigirán bastante más. En la segunda semana se divisa al ruso Karatsev, semifinalista en 2021, o al polaco Hurkacz. En unos hipotéticos cuartos de final ya aparece Zverev y en las semifinales ya no estará Djokovic con lo que parte superior del cuadro es una incógnita. Cuadro al margen, una leyenda como Boris Becker tiene muy claro que hay que contar con Rafa: «Si Nadal no se viera con opciones de ganar su vigésimo primer Grand Slam, no estaría en Melbourne».

La ausencia de Federer, la baja de Djokovic y la necesidad de rodaje de Nadal han cambiado el ranking de favoritos de los últimos quince años. Los primeros nombres que aparecen son Daniil Medvedev y Alexander Zverev. El ruso lo tiene clarísimo: «Me encuentro listo tanto físicamente como mentalmente, por lo que puedo ganar a cualquiera. El título de Grand Slam del año pasado me dio confianza para todos los torneos, pero sobre todo me dio confianza para afrontar la vida en general». Al último ganador del Open USA sólo le sirve mejorar su condición de finalista del año pasado. Él será el protagonista del partido más interesante de la primera semana, ya que se debería cruzar con Kyrgios en segunda ronda.

En 2022 se espera el gran salto de Zverev. El alemán sigue pendiente de concretar su potencial en los Grand Slams. El año pasado se proclamó campeón olímpico, levantó el título de las ATP Finals, pero volvió a patinar en los «Majors». Es la alternativa a Medvedev. ¿Más allá? Tsitsipas, Berrettini, Rublev, Bautista, Murray...

¿Una final española?

El tenis español carece de una campeona en Australia. Arancha Sánchez Vicario perdió dos finales (1994 y 1995), Conchita Martínez otra (1998) y Garbiñe Muguruza sufrió la remontada de Kenin en el partido decisivo en 2020. Esta edición puede cambiar la historia. La propia Garbiñe y Paula Badosa llegan como candidatas a todo. Ambas cerraron el año pasado entrenando juntas en Marbella. Una es la número tres del mundo; la otra, el seis, el mejor ranking de su vida, y ambas marchan por partes distintas del cuadro. ¿Protagonistas en el partido definitivo del día 29 en Melbourne Park? Sería mejorar un 2021 sobresaliente para las dos. Muguruza fue campeona en Dubai, Chicago y las WTA Finals. Badosa levantó el título en Belgrado e Indian Wells y ya se ha proclamado campeona en Sídney. «Ha sido una pretemporada muy corta, pero llego fresca a nivel mental y con la certeza de que puedo hacerlo bien», asegura la ganadora de dos Grand Slams. Badosa ya siente que ha cambiado su papel: «Siento que todo el mundo juega muy bien contra mí ahora, como si no tuvieran nada que perder. Supongo que me toca estar en lado contrario del que estaba el curso pasado, donde no tenía nada que perder. Esta temporada siento una presión diferente». Ambas forman parte de una lista de candidatas en las que hay al menos otras ocho raquetas. La número uno del mundo, Barty; la defensora del título, Osaka; Raducanu, que hace un año estaba estudiando y ahora llega como campeona del Abierto de Estados Unidos; Sabalenka, Swiatek, Kontaveit, Krejcikova, Sakkari... y las dos españolas. Ya lo comenta Badosa: «El tenis femenino está muy igualado y puede pasar cualquier cosa cada día».