Opinión

Nadal, gracias por no rendirte

¿Quién nos niega ahora la posibilidad de soñar con un Decimoquinto título en Roland Garros?

Nadal saluda al público de la Philippe Chatrier que se volcó con el campeón españo
Nadal saluda al público de la Philippe Chatrier que se volcó con el campeón españoYOAN VALATAgencia EFE

Creo que me sentía más nervioso en la ceremonia de entrega de trofeos que durante la final. Con eso no quiero menospreciar el torneazo que se ha marcado Casper Ruud, pero tenía tan claro que la final era cosa de Rafa que mi gran preocupación estaba en lo que podía decir después Nadal. Ya saben la maldita lesión crónica en el pie izquierdo. Cuando ha recogido su decimocuarta Copa de los Mosqueteros y ha comenzado a hablar me encontraba ansioso. Y cuando ha soltado aquello de que voy a seguir intentándolo me he llevado un alegrón tan grande como cuando ha levantado alguno de los 22 Grand Slams que ha conquistado.

Que Rafa esté con ganas de seguir jugando al deporte que ama es la mejor conclusión que podemos sacar de un Roland Garros único. Por cómo llegaba, por cómo se ha desarrollado, por cómo lo ha vivido y por cómo lo ha ganado. Ha tenido partidos complicadísimos antes de la final. Lo de octavos ante Auger-Alliasime, lo de cuartos ante Djokovic, lo de la semifinal ante Zverev... por eso con el desarrollo de la final nos hemos quedado un poco de aquella manera. Ha sido tan sencillo que hasta parecía fácil. Es otro de los motivos que convierten a Nadal en un deportista único. Ha ganado su Decimocuarto Roland Garros cediendo sólo seis juegos. Es increíble que sólo haya perdido media docena de juegos en el partido decisivo. Ha estado a la altura de sus mejores tardes en París.

Por eso la ovación del siglo que le dedicó el público de la Philippe Chatrier. Ruud es un grandísimo jugador, pero su estilo de juego apenas hace cosquillas a Rafa en París. No es capaz de romper las jugadas con una volea, con una dejada... así es imposible meter mano a Nadal en su torneo. Zverev, por ejemplo, sí le estaba haciendo daño, pero Ruud y su juego inofensivo fueron un juguete en manos de Nadal. Los únicos momentos en que planteó algo de oposición fue gracias a los pocos errores que cometió Rafa.

El torneo de Nadal ha sido enorme tanto dentro como fuera de la pista. Quiero recordar la frase que soltó antes del partido ante Djokovic cuando mencionó su posible último partido en París. Rafa, además de un competidor enorme, es un tío muy listo y al que hay que saber interpretar. Quería empezar a ganar a Djokovic antes de saltar a la pista. Y lo hizo. Y quién nos niega ahora la posibilidad de soñar con el Decimoquinto título.